Amigo/a, ⚖️ ¿Bien o mal?
Si pudieras poner en una balanza las cosas buenas y las cosas malas que sueles hacer, ¿cuál crees que pesaría más?
A veces, de una manera casi inconsciente, tratamos de justificarnos usando este mismo principio de la balanza, y argumentando que hacemos tantas cosas bien que no debe ser muy importante tener algunas áreas un poco “grises”.
La Biblia dice: “Aborreced lo malo, seguid lo bueno” (Romanos 12:9). Fíjate en la palabra que usa: “aborrecer”. Tenemos el mandamiento de rechazar, de apartar de nosotros todo lo que es malo. ¿Sabes por qué? Porque lo que es malo proviene y tiene la naturaleza del maligno, del enemigo.
Cada vez que decidimos hacer o permitir en nuestra vida cosas que no son según el corazón de Dios, nos estamos alineando de alguna manera con las tinieblas, y les damos ventaja en nuestra vida.
Sí, a veces nuestra naturaleza humana nos quiere arrastrar a esas malas cosas del pasado. Es una lucha interna, y es por eso que, un poco más adelante, este pasaje nos dice: “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (v.21). ¿Cómo puedes vencer el mal? Siguiendo el bien.
De igual manera que antes, cuando sigues el bien estás realmente siguiendo a Aquél de quien proviene el bien. ¿Y cómo puedes hacer para seguirle? Es en ese paso a paso, en las decisiones del día a día, en las que tu relación con Dios se convierte en el motor que te permite escoger sabiamente, hasta tener una victoria constante sobre las tinieblas.
Amigo/a, escoge hoy seguir a Jesús en cada decisión, en cada paso que des. Eso te ayudará a apartarte de las tinieblas, y a proseguir con fuerza hacia la meta.
Tienes un corazón precioso.