Amigo/a, 🎓 Aprende la Voluntad de Dios
Nos acercamos ya al final de esta serie, y hoy me gustaría considerar este pasaje que dice: “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud” (Salmo 143:10)
La vida es un aprendizaje continuo. Estamos cada día aprendiendo nuevas cosas, perfilando nuestras habilidades, ganando en experiencia… Todo ello nos ayuda a crecer, a ser cada vez más competentes, y a estar mejor preparados.
Si embargo, ¿habías considerado alguna vez en tu vida que puedes APRENDER a hacer la voluntad de Dios?
Podemos pensar que hacer la voluntad de Dios es solo una decisión: es algo que, o bien hacemos, o no hacemos. Sin embargo, va más allá de eso: es un aprendizaje.
Es lo que nos dice el pasaje de hoy. De hecho, es el clamor del Salmista, que le pide a Dios: “Enséñame a hacer tu voluntad…!”
De hecho, es como una habilidad: cuanto más la practicas, mejor te sale, y con mayor rapidez.
Con nuestra disposición a hacer la voluntad de Dios pasa algo similar: cuanto más obedecemos de manera inmediata, más aprendemos a estar abiertos y disponibles a Su voluntad. Nos sentimos más dispuestos a ir más lejos, y a creer por fe en las promesas y en los milagros de Dios.
¡No sé tú, Amigo/a, pero yo quiero aprender cada vez más a escuchar la voz de Dios, y a hacer Su Voluntad de inmediato! Quiero ejercitar esta disponibilidad de mi corazón a hacer todo lo que Él me diga.
Lo bueno es que Su Palabra nos dice también que no estamos solos en esa misión. De hecho, este mismo pasaje nos dice que:
- Él es un Dios cercano, personal, a quien podemos poder pedir ayuda.
- Que Su Espíritu Santo es bueno, extremadamente bueno con nosotros,
- Y que Él nos guía y dirige nuestros pasos para que vayan por la senda correcta
Amigo/a, la voluntad de Dios es perfecta para ti, Él y te quiere enseñar a caminar en ella. Que las diferentes situaciones por las que vayas a pasar en este día se conviertan todas en una oportunidad para hacer la voluntad de Dios, y para estar más cerca y lleno de Su Presencia.
Te llevo en mis oraciones y en mi corazón,
