Amigo/a, 🤺 ¡Agarra fuerte la Espada de la Palabra!
Llegamos ya al último día de esta serie, en el que podemos por fin ver el pasaje completo tras haberlo analizado de manera pormenorizada estos días atrás.
El pasaje termina diciendo: “Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado” (Filipenses 2:14–16).
Esto es lo más importante que hemos visto estos días:
- Tenemos que apartarnos de la murmuración, la queja y las discusiones: Esas actitudes son carnales, y tienen un impacto en nuestras vidas, mayor del que somos conscientes a primera vista
- Cuando decidimos apartarlas de nosotros, vemos un cambio profundo en nuestras vidas: somos más auténticos, más sencillos, genuinos y bendecidos en todo lo que hacemos.
- De hecho, al apartar intencionalmente esas actitudes de nosotros, estamos evitando las manchas con las que el enemigo quiere ensuciarnos para neutralizarnos, y que no brillemos así con la luz de Dios.
- Vivimos en medio de una generación maligna y perversa, que necesita desesperadamente la luz que hay en nosotros. ¡Tenemos que dársela, y muchos serán transformados debido a ello!
¡Es tan precioso vivir nuestra vida cristiana con autenticidad y sencillez! Hoy terminamos esta serie con la última palabra que el apóstol Pablo dio a los Filipenses, y que nos da a ti y a mí para que podamos permanecer en este estado de sencillez y bendición: tenemos que aferrarnos a la Palabra de Dios.
La única manera en la que podemos estar bien centrados para renunciar a las mentiras con las que el enemigo quiere desestabilizarnos es cuando la verdad de Dios habita en nuestro corazón, y para ello tenemos que tener bien agarrada “la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios” (Efesios 6:17).
Nuestra lucha no es carnal: es espiritual, y solo podemos tener victoria cuando usamos nuestra armas espirituales, de las cuales la primera es la Palabra de Dios. El enemigo trata de engañarnos por medio de mentiras, pero le resistimos firmes en la fe, aferrados a las promesas que Dios nos da.
Amigo/a, ¡la verdad revelada de Dios renueva nuestros pensamientos, para que podamos resistir firmes en la victoria de Dios!
Quiero terminar proponiéndote este pequeño ejercicio: haz una pausa por un momento, y pregúntale a Dios con los ojos cerrados: “Señor, ¿qué parte de tu palabra quieres que lea ahora?”. Espera unos segundos. ¿Hay alguna referencia que venga a tu espíritu? Puede que no sepas incluso qué dice ese pasaje. Si es así, sencillamente búscalo, y déjate sorprender. ¿Se aplica a la situación por la que estás pasando?
Muchas veces he sido sorprendido y bendecido profundamente al leer un pasaje que me venía al espíritu que no recordaba de qué iba, pero que cuadraba perfectamente por lo que estaba pasando. ¡Dios quiere hablarte a través de Su Palabra, y fortalecerte a través de ella, para que resistas fuerte! Y cuando le preguntas, Él te contesta ;)
Deseo que este ejercicio sea de bendición para tu vida, así como todo lo que hemos visto en esta serie a lo largo de estos días ;) ¡Te llevo en mi corazón!