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Fecha de publicación 9 de nov. de 2025

🤲🏻 Adora en libertad

Fecha de publicación 9 de nov. de 2025

Llegamos al día final de esta serie. Mi oración es que esta semana Dios te haya hablado y desafiado a buscarle con un corazón que lo anhele solo a Él, sin nostalgias de Egipto.

Hemos visto juntos que salir de Egipto es más fácil que lograr que Egipto salga de nosotros.

Reflexionamos sobre clamar sin reclamar, esperar sin desesperar, confiar en Dios y en sus siervos, romper puentes con el pasado, reconocer que Él es suficiente… y hoy cerramos con la meta final: adorar en libertad.

Ese es el destino de todo hijo de Dios: no vivir como esclavo, sino como adorador. La verdadera libertad no consiste solo en dejar atrás Egipto, sino en rendir toda nuestra vida a aquel que nos sacó con mano poderosa.

El pastor John Piper lo expresó de esta manera: “Las misiones existen porque la adoración no existe”. La misión de la iglesia es temporal, pero la adoración es eterna. La meta no es simplemente enviar misioneros, sino que hombres y mujeres de toda lengua y nación adoren al Dios verdadero (Apocalipsis 7:9-10).

Moisés se lo repitió al faraón una y otra vez: “El Señor, Dios de los hebreos, me envió a decirte: ‘Deja ir a mi pueblo para que me adore en el desierto’”. El propósito de la liberación no era solo ser libres… sino adorar. La adoración es la evidencia de que Egipto ya no gobierna tu corazón. Cuando somos verdaderamente libres, inevitablemente brota de nosotros alabanza al Dios que nos rescató, así como le sucedió al pueblo de Israel:

“Cantaré al Señor, que se ha coronado de triunfo arrojando al mar caballos y jinetes. El Señor es mi fuerza y mi canción; ¡él es mi salvación! Él es mi Dios y lo alabaré; es el Dios de mi padre y lo enalteceré.” (Éxodo 15:1-2) 

Ese canto de Israel tras cruzar el Mar Rojo es un recordatorio: donde hay adoración, no hay espacio para la idolatría.

Amigo/a, te invito a reflexionar en esto: ¿Tu adoración refleja que ya no eres esclavo/a, sino verdaderamente libre en Cristo?

Hoy cerramos esta serie, pero no termina aquí el camino. Salir de Egipto fue solo el inicio; ahora toca caminar cada día en libertad y vivir como verdaderos adoradores. Mi deseo es que lo aprendido en estos 7 días no se quede en palabras, sino que marque tu manera de orar, esperar, confiar, decidir y adorar.

Que tu vida sea un canto constante al Dios que te rescató, y que el mundo pueda ver en ti la señal más poderosa de alguien que ya no es esclavo: una adoración libre, genuina y rendida a Cristo.

Bendiciones al continuar en este camino que recorremos juntos.

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Eleazar Diaz
Author

Pastor principal de una iglesia y director de un programa de discipulado y misiones en Guadalajara, México. Mi pasión es que cada persona pueda tener una relación intima y apasionada con Dios.