Fecha de publicación 27 de nov. de 2024

🚪 Abre puertas a los milagros

Fecha de publicación 27 de nov. de 2024

La gratitud no solo transforma nuestro corazón; también tiene el poder de abrir puertas a los milagros. Agradecer nos posiciona para recibir lo que Dios ha preparado para nosotros, porque cambia nuestra perspectiva y nos conecta con su poder sobrenatural.

Hace unos meses, mi familia y yo pensamos que era el momento de cambiar nuestro automóvil. Lo arreglamos y lo dejamos en perfectas condiciones para venderlo. Sin embargo, una mañana, mientras iba a recoger a uno de mis hijos de su clase de gimnasia, tuve un accidente y el automóvil quedó destruido. ¿Te imaginas cómo me sentía? Lloré durante dos días, no podía dormir pensando en cómo resolveremos el problema.

Después de días de angustia, decidí entregar la situación a Dios. Con fe y gratitud, declaré que algo maravilloso estaba en camino para mí y mi familia. Agradecí a Dios por estar conmigo en ese desafío, por lo que ya había hecho antes y por lo que estaba por venir. Al hacerlo, mi corazón se llenó de paz, fe y gozo.

Aunque la situación no se resolvió de inmediato, mi actitud cambió. Cada día elegí dar gracias a Dios, convencida de que Él proveería la mejor solución. Y así fue: semanas después, su respuesta superó nuestras expectativas.

Colosenses 4:2 (RVR1960) dice: “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias.” La gratitud no niega las dificultades, pero invita a Dios a manifestarse en medio de ellas. Cuando agradeces, incluso antes del milagro, declaras tu confianza en su bondad y poder.

Amigo/a, es importante recordar que la gratitud también es una expresión de fe en lo que está por venir. Cuando damos gracias, movemos el corazón de Dios. Así que, empieza hoy a agradecerle por sus promesas para tu vida y permite que la gratitud abra las puertas a lo sobrenatural.

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Lorena Fitzgerald
Author

Formo parte del Ministerio de la Mujer de mi iglesia y hago coaching con mujeres. Disfruto compartir y ayudar a otros en su viaje espiritual.