¿Quién era Moisés?
Moisés es una figura clave del cristianismo, conocido por su papel de profeta, legislador y líder en la Biblia. Su vida, marcada por encuentros divinos y milagros, suscita muchas preguntas entre los cristianos sobre su relación con Dios y su importancia como presagio de Cristo. Este artículo trata de explorar estas cuestiones, arrojando luz sobre el impacto de Moisés en la fe y las enseñanzas cristianas.
Moisés era hebreo
Nació de Jocabed y Amram, ambos de la tribu de Leví, cuando los hijos de Israel vivían en Egipto como esclavos. Era el menor de tres hermanos, con una hermana llamada Miriam y un hermano llamado Aarón. Se le considera israelita.
El nacimiento de Moisés
Aunque se desconoce la fecha exacta, se cree que Moisés nació entre los siglos XIV y XIII antes de Cristo. Según varias interpretaciones de la cronología bíblica, el año de su nacimiento es el 1393 a.C.
En la época del nacimiento de Moisés, el pueblo de Israel estaba esclavizado en Egipto. En un momento dado, el faraón se asustó de los esclavos israelitas porque su número crecía rápidamente. Así que un día, el Faraón ordenó matar a todos los bebés varones. La madre de Moisés lo protegió. «Vio que era un niño especial y lo mantuvo escondido durante tres meses» (Éxodo 2:2).
Cuando ya no pudo esconderlo más, hizo una pequeña barca, lo metió en ella y escondió al pequeño Moisés entre los juncos a orillas del río Nilo. Milagrosamente, la hija del faraón lo encuentra y decide quedárselo. Como no podía amamantarlo, contrató a una mujer hebrea para que lo hiciera. Esta mujer resultó ser la madre de Moisés.
Después de destetar a Moisés, la hija del faraón lo crió en el palacio rodeado de todos los lujos de Egipto.
Vea aquí la historia completa de Moisés
Con la guía y el poder de Dios, Moisés sacó a los israelitas de la esclavitud en Egipto. Es lo que ahora llamamos el Éxodo. Hizo milagros, como dividir el Mar Rojo, para ayudarles a escapar. Moisés recibió los Diez Mandamientos en el monte Sinaí y guió a los israelitas en su viaje por el desierto.
La historia de Moisés nos enseña en el Antiguo Testamento el valor, el liderazgo y cómo Dios puede utilizar a personas corrientes para hacer cosas extraordinarias. Es una figura importante en la historia de las religiones judía y cristiana.
Moisés: ¿un asesino?
Sí. Creció en el palacio pero sabía que era hebreo. Cuando Moisés vio a un egipcio golpeando a un esclavo hebreo, la Biblia dice: «Mirando a un lado y a otro y no viendo a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena» (Éxodo 2:12).
No fue el mejor encubrimiento:
Moisés y la zarza ardiente
Mucho tiempo después murió el rey de Egipto. Los israelitas, sin embargo, seguían lamentando su condición de esclavos y clamaban pidiendo ayuda. Sus gritos desesperados llegaron a oídos de Dios, quien al oír sus quejidos se acordó del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob.
Un día, mientras cuida de las ovejas de su suegro, Moisés se encuentra con una zarza que arde pero no es consumida por las llamas. Cuando Moisés se acerca a la zarza ardiente, Dios le llama desde el interior de la zarza y le ordena que se quite las sandalias, pues el suelo que pisa es sagrado. Dios se revela entonces a Moisés y le encarga que regrese a Egipto para sacar a los israelitas de la esclavitud y llevarlos a la Tierra Prometida.
La zarza ardiente fue un momento crucial en la vida de Moisés y tuvo un profundo significado para él. Fue el primer encuentro directo de Moisés con Dios.
Salir de la esclavitud
Dios recluta a Moisés y a su hermano Aarón para que le ayuden a superar el miedo de Moisés, prometiendo ayudarles a ambos. Moisés conduce finalmente a los israelitas fuera de Egipto a través de la larga historia de las diez plagas y la oposición del Faraón.
Al verse atrapado entre el Faraón -que había cambiado de opinión y perseguía a los esclavos recién liberados- y el Mar Rojo, Moisés dijo al pueblo: «No temáis. Manteneos firmes y veréis la liberación que Yahveh os traerá hoy» (Éxodo 14:13).
Moisés condujo a los israelitas a través del Mar Rojo sobre tierra seca por el poder de Dios. Era el comienzo de una larga aventura, con el objetivo de llegar a la Tierra Prometida.
La muerte de Moisés
El versículo que menciona la edad que tenía Moisés cuando murió es Deuteronomio 34:7 en la Biblia. Dice: «Moisés tenía 120 años cuando murió, pero sus ojos no se debilitaron ni su fuerza se agotó».
Moisés fue una figura clave en la Biblia, no porque tuviera habilidades o inteligencia especiales, sino porque Dios lo eligió. Cuando se piensa en la vida de Moisés desde el final hasta el principio, es fascinante ver cómo Dios tejió un plan para salvar a su pueblo, que implicaba a un hombre que tendría que ser trasladado de raza en raza y de lugar en lugar.
Moisés, tú y yo
Dios tiene algo que lograr a través de los seres humanos de una manera que lo glorifique, pero rara vez se ofrecen voluntarios para la tarea y siempre son defectuosos. Pensemos en Abraham, Jacob, Noé, Ester, Gedeón y tantos otros en la Biblia. Nunca pueden atribuirse el mérito de lo que Dios hace a través de ellos. A menudo es todo lo contrario; están asombrados de lo que Dios ha logrado en su debilidad. En sus 120 años de vida, Moisés no fue perfecto, y de eso se trata. Dios cumplió su voluntad a través de personas imperfectas, como Moisés, como tú y como yo.