La historia de los pastorcillos de navidad en el campo no fue como la mayoría de las Biblias para niños nos quieren hacer creer. Los tan queridos personajes del cuento de Navidad no son tan pequeños y dulces como la letra de la canción quiere hacer creer. Porque para cuidar de un rebaño de ovejas cerca de Belén hay que estar hecho de otra pasta. Fuerte, alerta y, sobre todo, sin miedo. Puede ocurrir que un depredador hambriento se acerque sigilosamente a las ovejas desde la oscuridad. O que unos ladrones quieran huir con tus animales. Como pastor, eres responsable. Incluso si eso significa ir a la batalla para proteger a las ovejas. Así que es un trabajo arriesgado.

Y por muy populares que sean ahora los «pastorcillos de navidad», no lo eran en la época y la cultura de esta historia. La gente de la época se refería a ellos de la misma manera que a los criminales. La descripción que hace la literatura de los eruditos judíos no es muy buena: los pastores son rudos y poco fiables, no aptos para actuar como testigos en un juicio. En resumen, se les desprecia y se les sitúa en lo más bajo de la sociedad.

Son las últimas personas a las que se acude para llevar la Buena Nueva. No son lo bastante buenos para la Buena Nueva de Jesús, ¿verdad?

Los pastorcillos de navidad y el ángel

Los pastorcillos de navidad de esta historia se encuentran en algún lugar de los campos de las afueras de Belén cuando, de repente, se ven rodeados por una luz celestial. De repente, alguien se pone en medio de ellos y ¡se sobresaltan! No es de extrañar. Es un ángel, un mensajero del cielo. El ángel les dice: «No tengáis miedo. Os traigo buenas noticias. Esa buena noticia es para todo el pueblo. Hoy ha nacido en Belén el Mesías. Él es el Salvador».

Esto es totalmente inesperado. No es una buena noticia... ¡es una gran noticia! El Mesías no es un cualquiera, el pueblo (incluidos los pastores) lleva mucho tiempo esperándolo. Será apartado por Dios para hacer cosas especiales, para salvar al pueblo de la destrucción. Se convertirá en un Rey que dará a la gente una nueva vida. Si tienes que ir a algún sitio con estas noticias, acudes a los líderes religiosos importantes, ¿verdad? ¿O a uno de los gobernantes? Pero, al parecer, el ángel ha recibido una misión diferente. El ángel ha sido enviado a pastores rudos, a hombres no considerados importantes por la sociedad. Ellos son los primeros en oír esta buena noticia.

El ángel continúa: «Esta es la señal para vosotros de que lo que digo es verdad: encontraréis a un niño envuelto en paños y acostado en un pesebre.

« Y de repente aparecen muchos más ángeles alabando alegremente a Dios y diciendo: «¡Paz en la tierra a los que son de Dios!».

Tan pronto como llegaron los ángeles, desaparecieron. Vuelve a oscurecer y los pastores están solos con sus ovejas. Me imagino que su corazón arde entonces. ¡Qué aparición! ¡Y qué honor, que precisamente a ellos vengan mensajeros de Dios! Y que Dios les dé a conocer primero la buena noticia.

Pastorcillos de navidad y bebé Jesús
Los pastorcillos de navidad dejan atrás a sus queridas ovejas y parten a toda prisa. A Belén, para ir a ver lo que había dicho el ángel. Y allí lo ven. Encuentran a José y a María, y en un comedero para animales yace el Mesías. Pequeño y vulnerable, envuelto en paños. El Niño Jesús. Este es el Salvador, el nuevo Rey que viene a traer nueva vida. Tal como había dicho el ángel. Van a la ciudad de Belén y hablan a todos los que encuentran del niño y de lo que les ha dicho el ángel. Es necesario que lo sepan. María, la madre de Jesús, se sorprende, pero recuerda todo lo sucedido. Y los pastores vuelven a sus ovejas llenos de alegría.

Eres suficiente para Jesús

Qué extraordinario. Los pastores, escupidos por la sociedad, tienen un lugar con Dios en esta maravillosa historia. Su condición social no le importa a Dios. Él quiere llevarles primero la buena noticia e invitarles a acercarse a ese bebé tan especial. Quiere utilizarlos para seguir difundiendo esta buena noticia. Para Jesús, no se puede jugar con los pastores: ¡son suyos! Son lo bastante buenos para Jesús. Él quiere darles una nueva vida. Esto no sólo se aplica a los pastores. Tal vez te encuentres en una situación similar a la de los pastorcillos de navidad, sintiéndote en lo más bajo de la sociedad y sin sentirte especial. O sientes que Dios no tiene ojos para alguien como tú. Entonces, que esta historia te anime.

Eres lo suficientemente bueno para Jesús. No eres demasiado humilde para escuchar esta buena noticia. Jesús ha venido también por ti. Por eso la Navidad, el nacimiento de Jesús, no es sólo una fiesta para los pastorcillos de navidad, los reyes magos o José y María, sino también para ti. Él quiere darte una vida nueva.

El Buen Pastor

Ser pastor también se repite más adelante en la vida de Jesús. Él se llama a sí mismo el Buen Pastor (Juan 10:11-18). Las personas que le pertenecen son sus ovejas. Jesús dice: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas». Que Jesús da su vida por su «rebaño» es lo que leemos aquí en la historia del Viernes Santo y la Pascua. ¿Quieres vivir aún más la historia de la Navidad desde el punto de vista de los pastores? Aquí tienes algunos consejos más:

• Lee la historia en la Biblia

• Mira la historia de Navidad en este episodio de The Chosen (Los Elegidos)