“Vísteme despacio…”

Napoleón, el famoso emperador francés, solía decir a su mayordomo: “Vísteme despacio, que tengo prisa”. ¡Ingeniosa frase! Si quieres hacer algo rápido y bien, tómate tu tiempo para hacerlo, ya que las prisas son siempre malas consejeras… ¡Hasta para esto es práctica la paciencia! =)

Aprovechando que estamos hablando de ropa, mira lo que dice este versículo de la Biblia: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia…” (Colosenses 3:12).

Piensa en cuando te vistes por las mañanas. ¿Qué sueles hacer? Seguramente escoges la ropa que más te gusta para ese día (tratando de que todo combine bien), te quitas el pijama, y finalmente te pones la ropa encima. Fácil, ¿verdad? Seguro que es un hábito que tienes tan interiorizado que ni siquiera piensas en ello. 

El versículo que hemos leído antes te anima a vestirte de los frutos del Espíritu, y, en concreto, de paciencia. ¡La paciencia combina perfectamente con todo! Sí, es verdad, tienes que decidir encontrarla en el armario de tu corazón, y ponértela encima, y a veces quizá te da pereza, o tienes tanta prisa que prefieres salir de casa sin ella. Pero, ¿te imaginas lo que sería salir de casa sin pantalones? Eso sí que sería un olvido grave. Lo mismo pasa con la paciencia.

Querido/a amigo/a, no salgas de casa sin haberte vestido de paciencia. Cuando la llevas puesta, ¡te sienta tan bien! Todo el mundo lo nota, y te aseguro que les gusta ;)

“Señor, ayúdame a ser cada día más intencional a la hora de llenarme de Tu paciencia desde primera hora de la mañana, y a transmitirla ante cada persona que se cruce en mi camino. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”

Brilla con la luz de Jesús allí donde vayas.

¡Eres un Milagro!
Christian Misch