Tienes los cordones desatados… ?

Si quieres ahorrar en algo, te recomiendo que no lo hagas en tus zapatos. 

Recuerdo un día de verano, hace de esto ya muchos años, en el que iba caminando por la calle. Caminaba feliz con mis pantalones cortos y mis chanclas hawaianas por la zona de la Universidad. De repente, ocurrió lo inesperado: ¡se me rompió una chancla! No sabía qué hacer, ya que estaba en una zona un poco aislada, y no tenía zapatos de repuesto, ni había tampoco ninguna tienda cerca. Gracias a Dios, usando mi ingenio y un clip que tenía en la mochila, conseguí arreglar la chancla lo suficiente como para seguir caminando poco a poco hasta la estación más cercana, y así llegar finalmente a casa.

Es importante tener un buen calzado a la hora de caminar, y más todavía cuando te preparas para la batalla. La Biblia dice: “Y tened vuestros pies calzados y preparados para enfrentar al enemigo firmemente con la estabilidad, la prontitud y la preparación que producen las buenas noticias del Evangelio de la paz” (Efesios 6:15, traducción del inglés de AMP). Tus zapatos son los que te permitirán clavarte al suelo, resistir y avanzar en la batalla.

Esa actitud de seguir cada día a Jesús y de vivir el mensaje del Evangelio es la que te permite, no solo resistir firmemente al enemigo, sino además conquistar nuevos territorios. Este calzado del “apresto del Evangelio” (como algunas traducciones lo llaman) te lleva a avanzar, y a desear compartir con los demás también lo que Dios ha hecho en tu vida, para que sus vidas sean cambiadas así como lo fue la tuya. ¡Querido(a) amigo(a), cuando vives el mensaje del Evangelio, te acompañan las Buenas Noticias! =)

Da pasos firmes en este día, y brilla con la Luz del Señor allí donde vayas.

¡Eres un Milagro!
Christian Misch