Fecha de publicación 11 de jun. de 2024

🙅🏻‍♀️ Nunca cambiara

Fecha de publicación 11 de jun. de 2024

¿Has escuchado alguna vez la frase "Dios es bueno todo el tiempo"? Seguro que sí, es una verdad que muchas veces repetimos. Pero, ¿alguna vez has considerado lo profundo que es esto? Más que una cualidad es su naturaleza.

De hecho, las cosas materiales que disfrutamos diariamente, como la comida, el abrigo, y el sustento, así como las bendiciones espirituales, tales como la paz, la esperanza y el amor, todo proviene de Él. Muchas veces tendemos a olvidar, en medio de nuestras ocupaciones diarias, que todo lo bueno en nuestras vidas tiene su origen en Dios. Reconocer esto nos debería llenar de gratitud y ayudar a mantener una perspectiva correcta.

Su palabra nos dice en Santiago 1:17 (RVR1960): "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.”

Así es, no solo es la fuente de todo lo bueno, sino que su bondad es inmutable. ¡No cambia! Dios es constante y fiel. A diferencia de las sombras que se desplazan con el paso del tiempo, Él no varía. Su amor por ti es inquebrantable, y su propósito y plan para tu vida permanecen firmes.

Amigo/a, ¡no te desanimes!, si estás enfrentando cambios y desafíos en tu vida te aliento a que puedes descansar plenamente en esta verdad. Él es bueno, fiel y su amor por ti nunca cambia.

Entonces, tómate ahora un momento para reflexionar sobre las bendiciones en tu vida. Haz una lista de todas las cosas buenas que tienes y dale gracias a Dios por cada una de ellas.

Oremos: “Amado Padre Celestial, te damos gracias por todas las bendiciones que derramas sobre nuestras vidas. Reconocemos que cada buena dádiva y todo don perfecto proviene de Ti. Gracias porque tú eres constante y fiel. Ayúdanos a vivir con corazones agradecidos y confiados en tu inmutable amor. En tu nombre Jesús. Amén”

Lorena Fitzgerald
Author

Formo parte del Ministerio de la Mujer de mi iglesia y hago coaching con mujeres. Disfruto compartir y ayudar a otros en su viaje espiritual.