¡Levanta la cabeza!

Cuando vienen los días de frío y lluvia, ¡qué bien sienta poder estar bien resguardado en casa! Esto es particularmente cierto en los días de tormenta, en los que hay un contraste enorme entre el clima inhóspito del exterior y el ambiente acogedor del hogar. 

Ayer vimos que tenemos una invitación continua para ir a la casa de Dios. Su Presencia es especialmente acogedora, sobre todo en los momentos de tormenta. ¡Sienta tan bien refugiarse en Él!

El rey David continúa su salmo diciendo: “Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto. Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré alabanzas a Jehová” (Salmo 27:5-6).

En el día malo, no solo puedes refugiarte en los brazos de Dios, sino que, por medio de la fe, puedes levantarte en Su Nombre. Él te pone en alto sobre un roca, y levanta tu cabeza en medio de la adversidad, para que no estés abatido/a, sino lleno del gozo y de la paz que Él da. ¡Sí, Él es el que cambia tu lamento en danza! (Salmos 30:11)

Querido/a amigo/a, ¡levántate hoy por medio de la fe! En medio de la adversidad que estés pasando, deja que la acogedora Presencia de Dios te arrope y te levante con fuerzas renovadas, con un gozo profundo en tu corazón.  

¿Quieres orar conmigo? “Señor, gracias porque en Ti siempre encontramos refugio en los momentos complicados. Gracias porque Tu Presencia lo cambia todo, y nos da fuerzas para levantarnos de nuevo. Te pido por mi querido/a amigo/a, para que pueda experimentar esta realidad en su vida como nunca antes por medio de la fe. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”

Refresca tu alma hoy en la Presencia de Dios,