🚿 ¡Abre el grifo!

Si tuviese que pensar cuál es el elemento por excelencia para poder experimentar estos Cielos Abiertos en mi vida, diría sin duda que la oración es la clave para ello. Pero no cualquier tipo de oración…

Cuando Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, dice la Biblia que, “orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él…” (Lucas 3:21-22). ¡Me encanta la forma en la que lo expresa la Biblia! ¿Alguna vez has experimentado el Cielo abrirse como resultado de tu oración?

En mi caso, he aprendido a vivir en ese tipo de oración de Cielos Abiertos. Siempre que oro, pongo todo mi corazón y mi fe en ello, y empiezo a declarar y a confesar las promesas de Dios en Su Palabra sobre mi vida, a darle gracias, a buscar Su corazón… hasta que noto que las cosas empiezan a cambiar a nivel espiritual. ¡Es tan precioso ver cómo el Cielo se abre y el Espíritu Santo nos cubre como consecuencia de este tipo de oración llena de fe! Es como si abriese un grifo, que me permite experimentar esas aguas vivas en mi vida.

De hecho, jamás salgo de la oración igual que he entrado. Nunca. Quizá mi corazón estaba cargado al principio con problemas, con miedos o inseguridades, pero tras unos segundos orando puedo sentir poco a poco cómo me voy levantando en fe, y cómo todas esas cargas empiezan a ser reemplazadas por paz, por fe, por fuerzas renovadas, por nuevas ideas… tal y como está escrito en Filipenses 4:6-7.

Querido/a amigo/a, ¡tus oraciones traen el Cielo a la Tierra! La oración siempre está en el centro de cualquier movimiento de Dios. Sí, tu oración apasionada, llena de fe, cambiará tu realidad, y te preparará para experimentar los milagros de Dios sobre tu vida.

El Señor está a tu lado,