🏆¿Oro transparente?

Llegamos al final de esta semana en la que hemos estado hablando acerca de la pureza. 

Me gustaría terminar este tema reflexionando contigo sobre aquél lugar en el que la pureza es manifestada en su máxima expresión: el Cielo. 

El apóstol Juan describe la visión que recibió de una parte del Cielo, diciendo que “la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa…. […] La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera” (Apocalipsis 21:18, 22-23).

¡Wow! La pureza del Cielo es tan grande, que incluso el oro es transparente. La gloria de Dios llena el Cielo, y en Su luz no hay ningún lugar para las tinieblas. ¡Impresionante!

Ese es el carácter de Dios: Él es transparente, auténtico, genuino. Él es luz, y no hay tinieblas en Él (1 Juan 1:5), y de la misma manera no debe haber tinieblas tampoco en nosotros. 

¿Te imaginas cómo será cuando estés allí? ¿Cuán diferente piensas que serás de lo que eres ahora? Allí habrá gozo profundo, honra, amor, bendición… y no habrá más miedo, ni condenación, ni complejos, ni envidias, ni nada impuro. 

Si ese será tu lugar por la eternidad, ¿no piensas que sería bueno empezar a prepararte ya para ello ahora? 

¡Sí querido(a) amigo(a), empieza a vivir hoy como lo harás cuando estés en el Cielo! Deja que el Reino de Dios se manifieste en tu vida, y que se extienda también a través de ti en este día.