Amigo/a, 😬 El enemigo tiene miedo de ti
Hoy me gustaría considerar este pasaje tan famoso contigo: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo” (1 Pedro 5:8–9)
Los leones son animales feroces, y es fácil sentirse intimidados en su presencia. Eso es precisamente lo que el enemigo quiere conseguir en nuestras vidas: Quiere intimidarnos por medio de sus acciones y de sus “rugidos”, para que estemos asustados, y no avancemos.
Hace algún tiempo escuché el testimonio de una mujer cristiana que estaba paseando un día por el bosque, allá en su ciudad natal en los Estados Unidos, y se encontró inesperadamente con un león de montaña. Ese tipo de leones son los más letales que hay.
En medio del pánico inicial, supo guardar la calma. Su abuelo, que era un experto de la montaña, le había enseñado de pequeña qué hacer si alguna vez se encontraba con uno de esos leones. Sobre todo, ¡nunca tenía que salir corriendo! Eso la convertiría en una presa fácil.
Solo había un camino posible: mantenerse firme, y confrontar al león. No podía mostrar miedo. Esta mujer empezó a mover los brazos de manera amenazante, con una expresión fiera y con sus ojos fijos en el león.
El león seguía rugiendo en posición de ataque, tratando así de intimidarla mientras analizaba sus reacciones. Tras unos segundos que parecieron horas, la mujer hizo un gesto fiero con sus brazos acompañado de un grito, y el león salió por fin huyendo, consiguiendo de esta manera la mujer salir ilesa de esa situación. ¡Gracias a Dios!
El enemigo es como el león de este relato. Trata de engañarnos y asustarnos para hacernos ver lo “grande” que es, y nos quiere intimidar con sus rugidos de mentiras y temores. Pero la Palabra de Dios nos da la solución para conseguir la victoria: tenemos que confrontar y resistir al enemigo.
La única manera de conseguir la victoria es afirmarnos en la fe de las promesas de Dios, y resistir cada una de las mentiras con las que el enemigo viene contra nosotros. Cuando haces frente a esas mentiras con la verdad de Dios, ¡el enemigo no tiene más remedio que huir!
Eso es precisamente lo que dice el apóstol Santiago: “Resistid al diablo, y huirá de vosotros.” (Santiago 4:7). ¡Amén! De hecho, ¿sabías que en realidad es el enemigo el que está asustado de ti? Tiene miedo de que te levantes en fe, porque sabe que tu autoridad como hijo/a de Dios es más grande que la suya.
Amigo/a, ¡en Jesús ya tienes la victoria contra el enemigo y sus mentiras! Estás peleando la buena batalla de la fe, y es solo por medio de la fe que puedes experimentar Su victoria sobre tu vida.
En este día, cuando te vengan esos malos pensamientos, o esas tentaciones, o esa depresión, o esos temores con los que el enemigo ha intentado atacarte durante estos últimos días, ¡confróntalos en el Nombre de Jesús! Proclama la victoria que Él ya ha conseguido en la cruz por ti, y confiesa cada una de las promesas de Dios sobre tu vida. Eres más que vencedor en Su Nombre, Él siempre está contigo, y Él va a usarte para brillar y bendecir a muchas personas.
Empieza a darle gracias a Dios por lo que Él ya ha hecho en tu vida y por lo que va a seguir haciendo. ¡Verás cómo el enemigo huirá de ti, y te sentirás cada vez mejor! Además, no estás solo: todos pasamos por esa misma batalla, y es en Su Nombre que tenemos la victoria. ¡Y tú no vas a ser la excepción! =)
