Fecha de publicación 11 de dic. de 2021

Amigo/a, 🔑 Yo Soy el Mesías

Fecha de publicación 11 de dic. de 2021

Continuamos hoy nuestra serie especial de Adviento con la historia de Andrés, hermano de Simón Pedro. Al final de su testimonio, terminaré como siempre con unas pocas palabras de ánimo. Te dejo con su relato

Desde que era pequeño, siempre he esperado la llegada del Mesías. Sí, recuerdo que soñaba con ver el día en el que el Mesías sería rey de nuevo sobre Israel, y cómo nos liberaría de la opresión de Roma. 

Cuando Juan el Bautista empezó su ministerio, me convertí en uno de sus discípulos, y le seguí durante varios años. Pasamos todo tipo de penurias, pero en mi corazón me gozaba enormemente sabiendo que cada día estaba más cerca de ver la manifestación del Mesías.

Mi hermano Simón también esperaba la manifestación del Mesías, pero como él mismo te ha contado ya, su fe se fue enfriando poco a poco. Yo también tenía bastantes problemas; de hecho, tenía también una deuda considerable, ya que la pesca no había ido demasiado bien últimamente; pero me mantenía firme en mi fe. 

Recuerdo aquella mañana en la que vi a Jesús. Estaba con Juan el Bautista, y él, señalando a Jesús, nos dijo: “He aquí el Cordero de Dios” (Juan 1:35-42). No pude resistirlo: tenía que seguirle. En mi corazón palpitaba fuerte, y en mi interior estaba seguro. ¡Jesús era el Mesías!

Fui corriendo a decírselo a Simón, pero su reacción no fue precisamente la que esperaba. Su fe se encontraba bajo mínimos, y los problemas no le dejaban pensar con claridad. Esa misma noche es cuando salimos a pescar, y cuando nos encontramos con Jesús al llegar a la orilla. ¡Fue una sorpresa tan grande verle en la playa! Sabía que algo iba a pasar, y no dejaba de repetirle a Simón que Él era el Mesías, y de convencerle para que siguiese todas las indicaciones de Jesús. 

¡Fue una experiencia tan increíble ver esa pesca milagrosa! Mi corazón rebosaba de gozo al pensar que acababa de ser testigo de un milagro impresionante, y de que mis deudas acababan de ser saldadas. Pero lo que más me impresionó es ver a mi hermano, de rodillas, renovado en su fe, y dispuesto a seguir a Jesús.

No me había equivocado: Jesús es el Mesías. Ahora soy un discípulo de Aquél que quita el pecado del mundo. 

Me llamo Andrés, hermano de Simón, y he sido elegido por Jesús.

Amigo/a, quizá llevas tiempo siguiendo a Jesús, y estás contento porque sabes que Él es el Señor. O puede que hayas estado más frío en tu fe, y que tengas dudas en el fondo de tu corazón. Sea como sea, quiero orar por ti para que Dios haga un milagro en tu vida hoy, y que avive aun más tu fe a lo largo de estos días de Navidad: “Padre, te pido por mi querido/a amigo/a, para que su fe experimente hoy un impulso como nunca antes. Te pido que hagas milagros en su vida y en su familia, para gloria de Tu Santo Nombre. ¡Amén!”.

Christian Misch
Author

Pasionado de las nuevas tecnologías y autor de "Un Milagro Cada Día", compartiendo inspiración diaria para seguir a Jesús.