Amigo/a, vence al gigante con antelación
¿Alguna vez has visto a un oso o a un león en la vida real? Tienen una fuerza brutal, por no hablar de sus garras o de sus dientes afilados.
Una vez escuché decir a alguien que David había vencido a Goliat varias veces antes de tener su famoso encuentro con él en el campo de batalla. Cada vez que un oso o un león se acercaba para arrebatar a un cordero, David no dudaba en enfrentarse a él y matarlo si era necesario, para proteger así a su rebaño (1 Samuel 17:34–36).
En cada uno de esos encuentros, David se fortaleció y se fue preparando, sin saberlo, para ese encuentro tan crucial que tendría con Goliat unos años más tarde.
Piensa en ello: lo que estás haciendo ahora, aquello por lo que estás pasando, si lo enfocas a través de la fe, te está fortaleciendo y preparando para los planes que Dios tiene para tu vida.
La preparación es clave para obtener la victoria, y esa preparación se desarrolla en las situaciones del día a día. Es en esos momentos cotidianos en los que los leones aparecen de la manera más inesperada, y en los que tienes que decidir si vas a resistirles firme en la fe, o si vas a dejarles hacer. Es ahí donde se forja tu valentía y donde se desarrolla tu fe.
La Biblia dice: “Tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes…” (Efesios 6:13).
Amigo/a, ¡necesitas la armadura de Dios! Cada mañana póntela a través de la oración y de la meditación en la Palabra de Dios: así estarás preparado/a para enfrentar y resistir firme en la fe cualquier ataque de las tinieblas contra ti y contra el plan de Dios para tu vida.
Brillas con la luz del Señor