Amigo/a, ¡tu fe es como un imán! 🧲
Si tuviésemos que hablar de una persona de fe, seguramente el mayor ejemplo que podemos encontrar en la Biblia aparte de Jesús sería el de Abraham.
Abraham creyó en las promesas de Dios para su vida, a pesar de que todo estaba en contra. Él se fortaleció por la fe en las promesas de Dios, y siguió creyendo día tras día a pesar de su edad, de la esterilidad de su esposa Sara y de todas las circunstancias que le rodeaban. Eso no solo hizo que al final recibiese esas promesas que Dios le había hecho, sino que además atrajo la bendición de Dios sobre su vida a tal punto que el Señor declaró que todas las naciones de la tierra iban a ser bendecidas por él (Génesis 22:18).
¡Imagínate el impacto y la bendición que puede tener una vida rendida ante el Señor, y que decide confiar en Él! Fíjate en lo que dice la Biblia: “Así que todos los que ponen su fe en Cristo participan de la misma bendición que recibió Abraham por causa de su fe” (Gálatas 3:9, NTV).
Sí, Amigo/a, tú por medio de la fe en Jesús, participas de esa misma bendición extravagante, impresionante que recibió Abraham. Esa bendición actúa en tu vida, y por medio de tu fe genuina, impacta y bendice a las personas que están a tu alrededor. ¿No es impresionante? Tu fe atrae la bendición de Dios sobre tu vida, y sobre el mundo que te rodea.
Vamos a orar: “¡Señor, aumenta nuestra fe! Queremos vivir en Tu bendición, caminar en ella, e impactar nuestro mundo con Tu amor. Ayúdanos a bendecir al máximo número posible de personas cada día, a brillar con Tu luz y con Tu bendición allí donde vayamos. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”
Te llevo en mis oraciones y en mi corazón.