Amigo/a, ¡rompe la progresión!
En el día a día, es fácil encontrarse con diversos tipos de tentaciones que están esperándonos, o que incluso llaman a la puerta de nuestra vida con la intención de hacernos caer.
¿Sabes por qué el enemigo tiene tanto interés en hacerte caer en diferentes tipos de pecados? Dios quiere que seas libre y que brilles con fuerza, para que seas un milagro para los demás, alguien que trae Su Reino a la tierra… El enemigo, por su parte, trata de hacer todo lo posible para que eso no ocurra en tu vida, y para ello intenta ponerte tropiezos para que caigas en pecado, y poder así acusarte y traer confusión a tu vida. Su objetivo: que no cumplas el propósito que Dios tiene para tu vida, y, si es posible, que seas tinieblas también para otros.
La Biblia dice que “cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen” (Santiago 1:14, NVI). En relación a la tentación, hay una progresión que se repite siempre desde el principio de la historia. La Biblia dice con respecto de Eva que ella vio el fruto del árbol prohibido, le agradó, lo deseó y finalmente lo tomó.
Esa misma progresión tiene lugar en nosotros cuando caemos en una tentación: empezamos a ver algo, cuanto más lo vemos más nos agrada, hasta que llega un punto en el que realmente lo deseamos, y no pudiendo más, al final caemos.
¿Cómo puedes resistir las tentaciones? ¡Tienes que romper esa progresión! La tentación tiene ventaja en tu vida mientras le concedes tu atención: es por eso que la mejor forma de resistirla es huir de ella.
Amigo/a, rompe hoy la progresión del pecado y de las tentaciones en tu vida. Aparta tus ojos, tu mente y tu atención de ellas, y empieza a enfocarte en lo que realmente importa. ¡Verás qué pronto las tentaciones empezarán a perder fuerza, y que podrás resistirlas con facilidad!
Resiste, porque en Él tienes la victoria
