Amigo/a, ¡resístelo!
En la “buena batalla de la fe”, el arma principal del enemigo es la mentira.
El diablo es llamado el “padre de mentira”, y a través de sus engaños procura poner dudas en nosotros. Es una estrategia vieja como el mundo: de hecho, Eva fue la primera en experimentar este proceso. El enemigo, en su conversación con ella, introdujo primero dudas en su corazón, para luego conducirla a pensar que Dios estaba engañándoles. A través de sus mentiras, consiguió convencerla para desobedecer a Dios.
Si el enemigo logra convencerte de que, por ejemplo, Dios te ha abandonado, o de que esta vez no te va a ayudar, o de que eres estúpido/a, o de que nada te sale bien, o de que vas a morir de esa enfermedad que te asusta tanto, o de que nunca serás alguien en la vida… ahí es cuando consigue vencerte. Cuando le crees como lo hizo Eva, estás firmando tu sentencia.
Pero… ¡oh, querido/a amigo/a, cuando resistes sus mentiras, cuando las rechazas firme en la verdad de Dios, ahí es cuando vences! La Biblia dice: “resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7). ¡Cuando resistes sus mentiras y las confrontas con la verdad, el enemigo sale huyendo!
Amigo/a, hoy es el día para confrontar las mentiras del enemigo en tu vida. Hoy es el día para agarrarte a las promesas de Dios, y para confesarlas sobre ti sin ninguna duda. ¡Esa fe inquebrantable es tu mayor arma en esta batalla!
"Señor, rechazo todas las mentiras que el enemigo quiere poner contra mí, y decido creer de todo corazón todas las promesas que nos haces en Tu Palabra. Creo que por ti soy sanado/a, transformado/a, fortalecido/a, bendecido/a y más que vencedor/a. ¡Ayúdame a resistir firme en tu Palabra! En el Nombre de Jesús. ¡Amén!"
Dios te ha creado para brillar.