Amigo/a, 😄 ¡RegocÃjate! ¡No pares de Regocijarte!
A lo largo de esta semana, me gustaría analizar el famoso bloque de versículos que se encuentra en el cuarto capítulo de la Carta a los Filipenses, y que empieza diciendo: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!…” (Filipenses 4:4)
Este pasaje siempre me ha bendecido enormemente a lo largo de los años. El Apóstol Pablo está animando a la iglesia a que se regocije, y no lo dice solamente una vez, ¡sino dos veces en el mismo versículo!
Lo que más me inspira de este pasaje es que es una orden, lo cual implica que tenemos que la capacidad de regocijarnos en Dios en cualquier momento, si así queremos.
A veces pensamos que el gozo en nuestra vida depende de las circunstancias que nos rodean: de las cosas que tenemos o que no tenemos, de lo bien que vayan nuestros proyectos, o de cómo nos sintamos ese día...
¡Pero gracias a Dios, no tiene nada que ver con esas cosas! Hay un gozo profundo que nos está reservado, y que es hecho es de vital importancia para cada uno de nosotros… ¡Pero tenemos que aprender a activarlo sobre nuestra vida!
Tenemos que aprender a centrar nuestros ojos en Cristo, y a empezar a compartir con Él nuestra vida en oración. Solo entonces empezaremos a sentir este fuego y fuerza que están disponible para nosotros, así como el poder del gozo de Dios.
Amigo/a, ¡el gozo del Señor es tu fuerza! Así lo expresa Su Palabra (Nehemías 8:10). Deja que en este día el poder del gozo de Dios te inunde por completo, mientras le das gracias por todas las cosas que ha hecho en el pasado, las que está haciendo ahora, y las que ha prometido que hará, en el nombre de Jesús.
¡Te llevo en mis oraciones y en mi corazón!