Amigo/a, ¡prepárate!
Como te decía hace unos días, a lo largo de mi caminar con Cristo he descubierto cada vez más el papel tan clave que juega la paciencia en nuestra vida.
Siempre he sabido en mi mente que era importante, pero nunca imaginé que fuese realmente tan crucial. No te exagero: crucial. Déjame que te ponga unos cuantos ejemplos, para que lo entiendas mejor:
- Durante mis muchos años como profesor de Escuela Dominical de adolescentes, he podido comprobar una y otra vez que la paciencia es la clave para tratar con ellos. Muchos se apartaron y tomaron malas decisiones durante este tiempo, pero la paciencia me ayudó a ver la imagen global, y a esperar pacientemente la obra de Dios en sus vidas, mientras seguía dándoles toda mi gentileza y mi cariño. Eso marcó la diferencia en sus vidas.
- En mi matrimonio, he aprendido que Belinda no necesita mis arrebatos ni mis enfados. A veces me gustaría quejarme, o darle lecciones de lo que debería hacer, pero he comprobado que todo eso es solo una reacción impulsiva de mi carne. Lo que ella necesita cuando hay un problema es que me calme, que la escuche pacientemente, y que solo en momentos muy concretos pueda bendecirla con palabras inspiradas por el Señor. ¡Cada vez que lo he hecho, ha sido de tanta bendición!
La paciencia es una gran clave, y ¿sabes cuáles son los momentos en los que más puedes crecer en paciencia? En las adversidades. La Biblia dice que “nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia” (Romanos 5:3).
¡Sí, Amigo/a, las dificultades son una oportunidad perfecta para crecer en paciencia! Sé que quizá en esos momentos te apetecería reaccionar de manera impaciente, quejarte, decir cualquier cosa que te pase por la mente... pero ese es el momento clave: si escoges en ese instante reaccionar con paciencia, ahí es cuando verás el fruto tan precioso que produce en tu vida, y la bendición que conlleva.
Cuando te vengan los problemas, ¡prepárate para ser paciente! Es lo mejor que puedes hacer, te lo digo por experiencia =)