Amigo/a, no te olvides del Espíritu Santo
La vida de los discípulos fue radicalmente transformada cuando experimentaron la Presencia y la obra del Espíritu Santo en sus vidas, como leemos en Hechos 2.
Antes de experimentarla, algunos habían pensado en volver a sus antiguos oficios, o incluso en regresar a sus ciudades de origen. El encuentro con Jesús resucitado les hizo permanecer en oración juntos, pero no fue hasta que el Espíritu Santo fue derramado en sus vidas que fueron realmente renovados y transformados para siempre. A partir de ese momento, empezaron a predicar y a hacer milagros impresionantes, y estuvieron dispuestos a dar sus vidas por causa de Jesús.
La Biblia habla acerca de la importancia que tiene “la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5). El Espíritu Santo desea transformar tu vida y llenarla cada día de Su poder, para que puedas vivir tu fe en Cristo con esa misma valentía que manifestaron los apóstoles. ¿No es maravilloso?
Sí, Amigo/a, que cada día experimentes en tu vida la renovación en el Espíritu Santo. Pídesela ahora al Señor: “Dios mío, te doy gracias por lo que ya has hecho en mí, y por todo lo que estás haciendo. Te pido que mi vida esté cada vez más y más llena de Tu Espíritu Santo y de esa misma valentía que los discípulos demostraron, para así hacer todo lo que me digas de hacer. ¡Gracias por todo, Señor! En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”