Amigo/a, no pases 40 años en el desierto
Cuando hablamos sobre la Tierra Prometida, estoy seguro de que siempre te viene a la mente Moisés, así como el pueblo de Israel vagando en el desierto por 40 años.
Es triste que el pueblo de Israel tuviese que esperar tantos años vagando en el desierto antes de entrar en la promesa que Dios ya les había dado. De hecho, no fueron los que salieron de Egipto los que entraron, sino sus hijos, a excepción de Josué y Caleb. ¿Por qué ocurrió esto?
Porque el pueblo de Israel dudaba y se quejaba todo el tiempo contra Dios. La mayoría de los espías enviados a reconocer la tierra se fijaron en lo grandes que eran los habitantes de las tierras que eran llamados a conquistar, y desanimaron al resto del pueblo.
Fíjate en los elementos que hay aquí:
- Duda sobre el carácter de Dios
- Actitud de queja contra Dios
- Miedo, falta de fe
Estas actitudes desagradaron tanto a Dios, que Él dijo: “Por no haberme seguido de todo corazón, ninguno de los mayores de veinte años que salieron de Egipto verá la tierra que juré darles a Abraham, Isaac y Jacob. Ninguno de ellos la verá, con la sola excepción de Caleb hijo de Jefone, el quenizita, y Josué hijo de Nun, los cuales me siguieron de todo corazón” (Números 32:11–12, NVI).
Sí, estas actitudes son todo lo contrario a lo que Dios nos llama a ser como cristianos, y sin duda nos impiden entrar en las Promesas de Dios para nuestra vida. Josué y Caleb, sin embargo, manifestaron la actitud que Dios desea; es por eso que este pasaje dice que “siguieron de todo corazón a Dios”.
Amigo/a, sigue de todo corazón a Dios. Cuando lo hagas, Él te guiará y te mostrará los pasos que tienes que dar para alcanzar todas las promesas que Él tiene ya preparadas para ti.
A lo largo de estos días, vamos a analizar dos versículos clave que forman parte del llamado de Josué para dirigir al pueblo a la Tierra prometida, y que serán también clave para experimentar todo lo que Dios tiene reservado para ti. ¿Estás listo/a?
Dios quiere derramar Sus bendiciones sobre tu vida