Amigo/a, 🚫 No hay ninguna condenación…
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¿Alguna vez te has sentido acusado, bien sea por tu conciencia o por los demás?
Los niños tienen mucha tendencia a señalar los fallos de los demás. Recuerdo, de hecho, que cuando era pequeño había un término especial que empleábamos en la escuela para aquellos niños que solían acusar a los demás: les llamábamos “acusicas”.
Era común en las discusiones escuchar la frase “¡eres un acusica!”, junto a otras frases tan típicas de la niñez, tales como “ya no te ajunto”. ¡Qué tiempos aquellos! ¿Verdad? =)
En realidad, el tema de la acusación es algo que empieza siendo un juego de niños, pero que se convierte en un problema muy serio en la medida en la que crecemos.
La acusación y la condenación son un arma del enemigo que puede afectarnos en todas las áreas de nuestra vida, y que tenemos que aprender a combatir con las armas de justicia que Dios pone en nuestras manos.
La Biblia dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1).
¡Sí, Amigo/a, la acusación y la condenación no tienen cabida en tu vida! Hay alguien que ya ha pagado el precio por ti
A lo largo de estos días, voy a compartir contigo una serie de claves que te ayudarán a combatir de manera efectiva contra la acusación y la condenación en tu vida, y así permanecer fuerte en la identidad que Dios te ha dado. ¿Estás listo(a)?
Disfruta de este día en la Presencia de Dios.