Amigo/a, mantén la mirada...
¿Alguna vez te has encontrado con un animal peligroso en la montaña?
Una vez escuché a una autora de libros cristianos contando el testimonio de cómo se cruzó un día por el monte con un león de montaña. Esta mujer, que había crecido en las montañas y sabía bien qué hacer si se encontraba con diferentes tipos de animales, se quedó estupefacta.
Su abuelo le había enseñado cuando era pequeña que, si en algún momento veía a un león de montaña, estaba en serios aprietos, ya que este depredador solo se deja ver cuando está a punto de cazar a su presa. Salir corriendo o retroceder no era una opción: la única alternativa en ese caso era mantenerle la mirada con firmeza, clavar los pies en el suelo y alzar los brazos en posición de ataque. ¿Puedes imaginarte la situación?
Eso es lo que hizo. Tras unos segundos que se hicieron eternos, empezó a sentir una fe y valentía sobrenatural, y se lanzó a atacar al león, el cual al final salió huyendo. ¡El Señor la libró de una muerte casi segura!
La Biblia nos dice: “Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. Resistidlo firmes en la fe...” (1 Pedro 5:8-9, RVR95). El enemigo es un mentiroso. Trata de poner todo tipo de mentiras y miedos en tu vida para hacerte dudar, y así poder “cazarte” y destrozarte. ¡Pero hoy puedes resistirle por medio de la fe!
Amigo/a, ¡resiste firme ante el enemigo y sus mentiras! El enemigo es un cobarde, y cuando te levantas con valentía y declaras con fe la Palabra de Dios y Sus promesas sobre tu vida, ¡no le queda más remedio que salir huyendo, no puede soportarlo! Recuerda: “Resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7). ¡Amén!