Amigo/a, 🧑🏼🔬 la fórmula de la prosperidad es...
¿Te consideras a ti mismo/a como un/a buen/a estudiante? Seguro que recuerdas los momentos en los que tenías que prepararte para los exámenes del colegio, el instituto o la universidad. ¡A veces era estresante! Es cierto que yo era de los que estudiaban en el último momento, pero hacía las tareas y estaba pendiente, y al final siempre obtenía buenas notas =)
Recuerdo un año en que tenía un compañero de clase que sacaba notas horribles. Me dijo una vez que le gustaría poner su mano en los libros y absorber su conocimiento, como si se tratase de una aspiradora. Era una idea interesante, pero mientras tanto, ¡hubiese podido sencillamente abrir el libro y empezar a leerlo! xD
Todos intuimos las cosas que es necesario hacer para obtener buenas notas: no es un misterio, pero es cierto que implica esfuerzo y dedicación. De igual manera, la fórmula para prosperar en tu vida no es complicada tampoco. Aquí la tienes:
Palabra (Leer + Hablar + Meditar + Practicar) = Prosperidad
Así como lo expresa el pasaje de esta semana: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien” (Josué 1:8).
Es impresionante cómo lo expresa este pasaje: “TODO te saldrá bien”. Tu camino prosperará, y, en medio de las batallas que tengas que enfrentar, verás la guía y la bendición de Dios que te guiarán a la victoria.
Amigo/a, cuando pongas la Palabra de Dios como lo primero en tu vida, las cosas te saldrán bien. No siempre será sencillo: habrá luchas, momentos complicados, decisiones a tomar… y a veces tendrás que esperar más de lo que te gustaría para ver los resultados. Pero en medio de todo ello, el Señor te guiará, y sin duda verás cómo se manifiesta Su prosperidad y Su bendición en todas las áreas de tu vida.
Déjame terminar este mensaje diciéndote lo mismo que decía el apóstol: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan: 1: 2)