Amigo/a, ¡la ayuda de Dios está ya de camino!
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10).
Uno de mis versículos preferidos está sacado del Salmo 121:1, que dice: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?”
Amigo/a, ¿sabes por qué este pasaje habla de “alzar” los ojos a los montes?
Cuando los peregrinos iban a Jerusalén para celebrar las fiestas, recitaban Salmos y cantaban cánticos mientras iban de camino. A medida que iban subiendo hacia Jerusalén y se acercaban al templo de Dios, su esperanza y su alegría aumentaba. Sabían que algo especial iba a pasar entre ellos y el Señor. ¡Sabían que sus pecados iban a ser cubiertos!
Tú también, ¡espera en el Señor, Amigo/a! Él quiere bendecirte y ayudarte en medio de tu situación.
Aquí tienes una promesa para ti: “Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti” (Isaías 54:10).
En la medida en la que atraviesas las montañas y las vas dejando atrás, recuerda que:
- Dios cumplirá todo lo que Él promete.
- Su amor no se alejará jamás de ti.
- Él te da Su paz para siempre.