🚸 ¡Jamás caerás!
Vamos a repasar las claves que hemos visto en el Salmo 15 para poder avanzar firmes y sin caída en nuestro camino a la cima del Monte Santo:
- Vive de manera intachable, sin dejarte cuesta abajo.
- Aférrate a la verdad de Dios, y medítala en tu corazón.
- Apártate de malas conversaciones, y sé íntegro para hablar bien de todos.
- Rodéate de personas que teman a Dios, y apártate de malas influencias.
- Sé confiable, vive en rectitud.
El último versículo del Salmo que hemos analizado a lo largo de esta semana nos da una clave más. Hace referencia a aquél “quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente admitió cohecho” (Salmo 15:5).
¿Cómo te sentirías si un día estuvieses llevando la compra del supermercado desde tu auto a casa, y un vecino se acercase ofreciéndote su ayuda? Seguramente estarías gratamente sorprendido, y, si has comprado muchas cosas, aceptarás agradecido/a su ayuda.
Pero, ¿cómo te sentirías si, al terminar, te pidiera una compensación económica por la ayuda que te acaba de prestar? O peor, ¿y si sugiriese quedarse con parte de tu compra como pago por su ayuda? ¡Sería tan horrible! Descubrirías que su intención no era bendecirte, sino que su motivación era puramente egoísta.
Somos llamados a ser totalmente lo contrario de lo que hemos visto en este ejemplo. Dios desea que bendigamos a todos, y por eso está en contra de la usura, o de prácticas que impliquen algún tipo de mal contra los demás. ¡El egoísmo es un veneno mortal!
Amigo/a, ten generosidad con los demás, así como Dios lo es contigo. El Salmo 15 termina diciendo que “el que hace estas cosas, no resbalará jamás” (Salmo 15:5).
¡Todas las claves que hemos visto esta semana tienen el objetivo de ayudarte a seguir escalando el Monte Santo sin caídas! Pero fíjate en lo que dice este pasaje: “el que HACE estas cosas…”. No es cuestión solo de saberlas en nuestra mente, ¡sino de ponerlas en práctica!
Avanza, confiado en Aquél “que es poderoso para guardarte sin caída, y presentarte sin mancha delante de su gloria con gran alegría” (adaptado de Judas 1:24)