Amigo/a, 🤗 ¡Espera lo mejor de cada dÃa!
A las personas nos cuesta a veces tener expectativas, o sorprendernos.
Con el paso de los años nos hemos ido acostumbrado a un ritmo acelerado de vida y a las múltiples variables que esta tiene, y nos puede dar la sensación de que ya lo hemos visto todo, y de que, como decía el rey Salomón, no hay nada nuevo bajo el sol (Eclesiastés 1:9).
De hecho, en algunas ocasiones he escuchado a personas de mi entorno decir “¡Ya nada me sorprende…!”, como una manera de expresar que se han acostumbrado a ver cosas malas, y que se esperan lo peor de los seres humanos.
Una de las cosas más bonitas que podemos experimentar cuando tenemos niños es que su actitud es completamente la contraria. Todo para ellos es una novedad, una oportunidad para experimentar una nueva aventura y para aprender nuevas cosas.
Se emocionan por pequeños detalles, disfrutan intensamente y con alegría de cada momento del día, y cuando hay algo que les llama la atención, no dudan en expresar su fascinación abriendo los ojos bien grande y diciendo: “Wowwwww…”. ¡Al menos, esto es lo que Eva Grace suele hacer! =D
Los niños tienen expectativas que les llevan a esperar lo mejor, a disfrutar, a buscar aprender, a reír, a ser activos, a ser sencillos y creativos… ¡Yo no sé tú, querido/a amigo/a, pero yo quiero más de estas cualidades en mi vida! 😄
A veces los adultos estamos tan metidos en el día a día y en los problemas de la vida, que nos olvidamos del regalo tan precioso que es la vida, y de disfrutar de las cosas que nuestro Padre nos da.
Pensamos que no tenemos tiempo para esas cosas, y que estar siempre ocupados y lidiando con problemas es un sinónimo de madurez. Pero en realidad no lo es. De hecho, de todas las lecciones que podemos aprender de los niños, creo que esta es una de las más importantes.
De hecho, mira lo que dice este famoso pasaje de la Biblia: “No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2, RVR95).
Querido/a amigo/a, ¡recupera hoy esa expectación, ese deseo de ser sorprendido por Dios y por los pequeños detalles de la vida!
Sí, es tiempo de salir de las cosas que este mundo ha establecido como una norma para nosotros, y de empezar a renovar nuestra mente, para que podamos así experimentar cada día las cosas tan preciosas y perfectas que Dios hace continuamente en nosotros.
Dios dice en Su Palabra, en relación a Su pueblo: “yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración…” (Isaías 56:7). ¡La hora del recreo y de disfrutar de la Presencia de Dios ha llegado! 😉
