Amigo/a, el que ríe el último…
Me encanta el pasaje de la Biblia que dice: “No hay sabiduría ni inteligencia ni consejo contra Jehová” (Proverbios 21:30).
El diablo tenía un objetivo muy claro, y ese era el de matar a Jesús. Desde el momento de Su nacimiento, el enemigo buscó diferentes ocasiones para acabar con Su vida, tanto a través de Herodes como por medio de los fariseos en varias ocasiones a lo largo de Su ministerio, pero siempre sin éxito.
Por fin había un plan que parecía prosperar: uno de Sus discípulos había planeado traicionarle, y la muchedumbre, inducida por los fariseos, había convencido a Pilato para que lo crucificasen. Jesús fue finalmente clavado en la cruz, humillado, golpeado, insultado, hasta que unas horas más tarde, no pudiendo aguantar más, murió. Parecía que el enemigo había conseguido lo que quería, y que era la gran victoria de las tinieblas… pero pronto descubrió lo que realmente había ocurrido.
Jesús había cargado sobre sí mismo todo el pecado de la humanidad, todo el rechazo, las enfermedades, la vergüenza… ¡todo! Él, siendo inocente, había decidido experimentar nuestro castigo, para que nosotros pudiésemos experimentar Su libertad. Y por cuanto Él mismo nunca cometió pecado, la muerte no pudo retenerlo. Jesús le arrebató al enemigo las llaves de la muerte y del Hades, y resucitó en gloria.
Como dice la Biblia: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su grande misericordia nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos...” (1 Pedro 1:3)
Amigo/a, ¡Su resurrección te inunda cada día de vida y de nueva esperanza! Celebra en este día Su victoria en tu vida, y todo lo que va a seguir haciendo en Ti.
¡Que tengas un día precioso!