Amigo/a, Dios quiere tomarse un café contigo ☕️
¿Cuál es una de las primeras cosas que haces cuando tienes hambre? Sí, has acertado: ir al frigorífico.
Acercarnos a la cocina y echar un vistazo a lo que hay en el frigorífico es una de las cosas más típicas que solemos hacer cuando tenemos hambre. Es, de hecho, muy típico ver en las películas a personajes que se levantan en mitad de la noche a buscar algo en la nevera, porque el hambre no les deja dormir. ¿Te suele pasar esto a ti también? =)
El rey David es una de las personas que más pasión y hambre por Dios reflejaba en sus escritos. Mira lo que dice en este precioso Salmo:
“Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos” (Salmo 63:1-4)
¿Puedes sentir la pasión que irradia de este salmo? Lo que más me toca es lo que dice al principio: de madrugada te buscaré. Hay algo especial en buscar a Dios temprano en la mañana. Jesús, de hecho, se levantaba temprano, y en ocasiones se pasaba incluso noches enteras orando a Dios.
En mi caso, suelo levantarme cada día entre las 5 y las 6 de la mañana para pasar un buen tiempo a solas con Dios, antes de ponerme a trabajar. ¡Se ha convertido en una parte tan importante de mi vida, que ya no puedo pasarme sin ella!
Amigo/a, ¡empieza tus mañanas junto a Dios! No hay mejor manera de comenzar el día que tomándote un café con Dios, mientras le abres tu corazón y te llenas de Su amor y de Su Presencia.
Recuerda: tienes una cita con Él a primera hora.