Amigo/a, Dios es el médico perfecto 🩺
Las profecías del Antiguo Testamento son asombrosas, especialmente aquellas que tienen que ver con la venida de Jesús como el Mesías prometido.
El rey David sigue diciendo en su salmo acerca de Dios que Él es “el que sana todas tus dolencias” (Salmo 103:3). Fíjate que de nuevo tenemos la palabra TODAS en este pasaje, para dejar bien claro que Dios es más grande que cualquier enfermedad.
Eso es precisamente lo que profetizó también el profeta Isaías acerca de Jesús, cuando dijo: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:4-5).
¡Qué forma más profunda de expresarlo! Déjame que te personalice este pasaje:
- Jesús llevó tus enfermedades
- Él sufrió tus dolores
- Fue herido por tus rebeliones
- Fue molido por tus pecados
- Él llevó el castigo para que tú puedas tener paz
- Y por Sus heridas has sido curado
¿Puedes sentir el enorme amor de Jesús por ti al leer estas afirmaciones? Él está contigo en medio del dolor y de la enfermedad, y de hecho, Él quiere sanarte, porque Él es el Dios “que te sana de TODAS tus dolencias”.
Amigo/a, Dios es el médico perfecto. Si estás batallando contra la enfermedad, no dejes de confesar la Palabra de Dios y de creer por milagros. Agárrate por medio de la fe a estas promesas, y deja que la gratitud y la alabanza sincera a Él inunden tu corazón: esa fe genuina abre las puertas del Cielo sobre ti.
¡Creo que Dios va a hacer un milagro en tu vida!