Amigo/a, 🗓 ¡Dios conoce el dÃa en que recibirás tus promesas!
Dios tiene Sus tiempos, y sus tiempos son perfectos. De hecho, ¡muchas veces no tienen nada que ver con los nuestros!
Seguro que has oído muchas veces este pasaje de la Biblia que dice: “para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (2 Pedro 3:8).
Si un día del Señor fuesen mil años y dos días fuesen dos mil, entonces podríamos intentar hacer nuestros cálculos e buscar prever lo que Dios va a hacer. Pero cuando mil equivale a uno y uno a mil, se rompe toda posible lógica humana al respecto... ¡Es algo que sobrepasa totalmente nuestra capacidad!
Y esa es la clave: no somos llamados a intentar controlar y dirigir todo en nuestra vida, sino que somos llamados a dejarnos guiar por Él. Está bien que podamos tener una organización, que tengamos objetivos, que intentemos estructurar nuestro tiempo de manera efectiva… pero la vida, al final, es mucho más que eso.
Somos llamados a depender completamente de Dios, y a seguir Su impulso, la guía del Espíritu Santo en todo lo que hagamos.
De hecho, hay un pasaje que es precioso, que nos anima diciendo: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos….” (Gálatas 6:9).
A veces nos da la sensación de que estamos solo sembrando y que no sabemos si habrá un resultado o no, ni de qué manera… y eso nos puede desanimar, sobre todo cuando vemos que el tiempo pasa y que parece que nada ocurre.
Pero mira lo que dice este pasaje: “A Su tiempo”, en el tiempo de Dios, obtendremos esa siega, esa bendición manifiesta de Dios que estábamos esperando. De hecho, ¡ese tiempo está ya fijado por Dios! ¡Él ya conoce incluso el día! Wowww =)
Amigo/a, ¡el día para recibir las promesas de Dios se acerca! No te preocupes en intentar averiguar cuándo será: sencillamente sigue haciendo el bien que Dios te llama a hacer hoy con confianza y paz, sabiendo que el momento está cada vez más cerca. ¡Sus tiempos son realmente perfectos! ;)