🤝🏻 Confía en la obra del Alfarero
Querido/a Amigo/a, el proceso para hacer una vasija, comienza cuando el alfarero busca la materia prima, la recoge y la lleva hasta su taller, el alfarero no hace la vasija en el mismo sitio donde encuentra la arcilla.
Sabe que la arcilla necesita ser preparada; se queda un tiempo recibiendo agua para facilitar el proceso. Cuando llega a la alfarería, no está lista para ser moldeada; viene seca y con algunos terrones, debe ser humedecida y amasada.
En este momento, se pueden eliminar algunas impurezas, piedrecitas y otros elementos que pueden dificultar el modelado.
Se la amasa para convertirla en una pasta homogénea, maleable en las manos del Alfarero.
En los días de Jeremías, este proceso probablemente se hacía con los pies o con un rodillo de madera. Hoy en día, se usa una Marimba.
Ahora puede comenzar el modelado: el Alfarero coloca un puñado de arcilla en el centro del torno y este comienza a girar. Usará la velocidad requerida para cada tipo de vasija. Quien decide la velocidad de giro es el Alfarero. El Alfarero decide la forma de la vasija.
"A pesar de todo, Señor, tú eres nuestro Padre. Nosotros somos la arcilla; tú eres el alfarero. Todos somos obra de tus manos." Isaías 64:8 (RVR1960)
Amigo/a, estás en el proceso de convertirte en la vasija que Dios desea que seas. No te preocupes, ¡Él te moldeará con la más grande perfección! Personalmente he pasado por este proceso en múltiples ocasiones en mi vida.
Cuando reconoces tus deficiencias y entregas tu vida a Jesús, le estas diciendo a Dios: "Necesito que modeles mi vida." Se necesita humildad para admitir que somos arcilla.
¡Déjate moldear por el mejor alfarero! Porque ahora, en las manos de Dios, ¡todo se convierte en una vasija de honor! Pido a Dios que te ayude a confiar en su sabiduría y en su perfecto plan para ti.
