Amigo/a, 💪🏻 ¿Con qué estás luchando?
¿Podría ser que has estado luchando con un pecado específico en tu vida durante mucho tiempo? Tal vez la ira, la envidia, la mentira o cualquier otra falta que esté causando dolor o dificultades en tus relaciones o tu vida espiritual. Fue cuando comencé a meditar en la bondad que Dios tiene conmigo, que me llevó a un arrepentimiento genuino, porque a pesar de todo, Él continúa amándome incondicionalmente.
Sé que tú también puedes seguir experimentando Su bondad de diversas maneras:
- La provisión continua: A pesar de tus fallas, sigue proveyendo para ti. Te bendice con recursos, relaciones y oportunidades. Recordándote su amor.
- La presencia constante: Aunque te apartas de Dios con tu pecado, Él nunca se alejara de ti. Te rodea en todo momento, ofreciéndote consuelo y seguridad incluso en tus momentos más oscuros.
- El testimonio de otros: Dios usa a personas en tu vida para mostrarte su bondad y amor.
Mira lo que dice su palabra en Romanos 2:4 (NTV): “¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado?”
A medida que piensas sobre estas manifestaciones de su bondad por ti, quizás puedas darte cuenta, de su amor incondicional, y te preguntes ¿He estado rechazando el regalo precioso de su gracia y perdón, aferrándome a un pecado que me separa de Él?
Amigo/a, Dios te espera con los brazos abiertos, dispuesto a perdonar y restaurar tu relación con Él. Te está llamando a que abandones tus caminos pecaminosos y a seguir sus sendas.
Te pregunto, ¿Aceptas este llamado?
Oremos: “Padre celestial, te agradezco por tu amor inagotable, quiero responder a tu llamado, con un corazón abierto y dispuesto. En tu nombre Jesús. Amén.”