Amigo/a, 🧼 Acaba para siempre con el Doble Ánimo
Llegamos ya al último día de esta serie sobre el doble ánimo, y lo hacemos analizando uno de mis pasajes favoritos de la Biblia, que dice: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones…” (Santiago 4:8)
Es de nuevo el apóstol Santiago el que habla sobre el doble ánimo, y lo hace de una manera muy interesante: mostrando acciones concretas que debemos tomar.
- Si quieres estar más cerca de Dios, entonces tienes que acercarte tú a Él. ¡Hay un primer paso que dar por nuestra parte!
- Si quieres dejar de pecar, debes limpiar tus manos, en el sentido de apartar de ti cualquier cosa que no sea según la voluntad de Dios. De nuevo, hay una acción clara a realizar.
- Y si quieres ser libre del doble ánimo, según este pasaje, tienes que purificar tu corazón.
Interesante, ¿verdad? Quizá a primera vista no parece que el doble ánimo sea un problema de pureza de corazón, sino de decisiones, incluso quizá de pensamientos.
Pero cuando lo piensas más profundamente, todas esas decisiones, y todos esos pensamientos, surgen finalmente en lo más profundo de nuestro ser, lo que podríamos llamar el corazón.
Es por eso que, si quieres ser libre del doble ánimo, tienes que ver qué está ocurriendo en tu interior. ¿Qué cosas de este mundo se han mezclado en tu corazón? ¿Qué mentiras, temores, pensamientos, actitudes o cosas has permitido quizá que entren en tu corazón, al punto de contaminarlo?
Si queremos ver a Dios y tener claridad en las cosas que hacemos, necesitamos tener un corazón puro (Mateo 5:8): un carácter que decide apartarse de todas las tinieblas, y aferrarse a Dios de lo más profundo del corazón.
¡Querido/a amigo/a, hoy es el día de terminar por completo con el doble ánimo en tu vida! Te quiero animar a que pases unos momentos con Dios en este día, analizando tu corazón, y pidiéndole que te ayude a ver todas las cosas que necesitan ser corregidas.
¡Él te ama tanto, y anhela que seas libre de todas esas contaminaciones para poder vivir en el frescor de Su Presencia! Y además, ¡sienta tan bien cuando tienes una sola mente, un solo corazón, y claridad en todo lo que haces! Te animo a que empieces hoy mismo a disfrutar de esta realidad en tu vida.