Amigo/a, 🔥 ¿A qué se parece Dios?
¿Alguna vez te has preguntado cómo es la apariencia de Dios? A lo largo de la Biblia, se describen ciertos momentos en los que Dios se manifiesta con poder, y se revela a Sí mismo:
- Con Moisés, Dios dice que le mostrará solo su espalda, ya que no soportaría ver su rostro. “Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel” (Éxodo 24:18).
- En Apocalipsis, Jesús se revela a sí mismo al apóstol Juan, y dice que estaba “vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas” (Apocalipsis 1:13–15).
Dios se manifiesta en la fuerza del fuego, en la pureza del oro, en la santidad de las blancas vestiduras, y en el estruendo de Su voz, que hace temblar al mundo entero.
Pero, a la vez, también se manifiesta en la fragilidad del niño recién nacido de Belén, en la cercanía del Maestro con sus discípulos, en la dulzura con los que a Él se acercan, y en el sacrificio de la cruz.
Dios se manifiesta de diferentes maneras a lo largo de la historia, pero en todas ellas lo hace con un total sentido de identidad e integridad. Él es el gran “Yo Soy”, y Él vive en ti.
¡Amigo/a, que tu identidad esté siempre basada en Él, y no en lo que los demás digan de ti! Así podrás arder con Su fuego, brillar con Su luz y amar con Su amor.
Nunca lo olvides: Eres una versión original.