Amigo/a, ¿a qué hora, y dónde? ⌚️
Seguramente, a lo largo de tu vida cristiana, en algún momento habrás escuchado hablar del “Lugar Secreto”. Esta expresión hace referencia a ese lugar especial al que solemos ir de manera regular para encontrarnos con Dios.
Este concepto no es nuevo: de hecho, Moisés solía tener sus encuentros con Dios en el “tabernáculo de reunión”; el rey David solía tenerlos en la “Casa del Señor”, y Jesús mismo solía tenerlos por la noche o temprano por la mañana, cuando salía al monte a orar.
La Biblia dice: “Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?” (Jeremías 23:18).
En mi caso, podríamos decir que mi Lugar Secreto es el salón de mi casa, muy temprano por la mañana. Cada día, antes de que nuestra bebé se levante, aprovecho siempre para pasar un rato a solas con Dios. Leo la Biblia, oro, escribo mis reflexiones en un diario… pero sobre todo es para mí un momento para encontrarme con Dios, para abrirle mi corazón y buscar escuchar Su voz.
Es ahí donde puedo recibir la guía diaria del Señor, donde mis fuerzas son renovadas, y donde Él comparte Sus planes secretos y Sus palabras de bendición conmigo. ¡Esa hora u hora y media con Él son el motor de mi día a día!
Amigo/a, ¿tienes tú también un Lugar Secreto en el que puedas encontrarte con Dios? Si no lo tienes, ¡hoy es el día para encontrar uno! Piensa en un lugar tranquilo al que tengas acceso, y en un momento del día en el que puedas visitarlo. Puede ser quizá temprano en la mañana en tu habitación; o después de comer en el salón, cuando los niños están durmiendo la siesta; o tal vez al atardecer, dando un paseo por el parque.
Pídele al Señor que te dé sabiduría para encontrarlo, y cuando lo tengas localizado, empieza a invertir tiempo ahí buscando a Dios. ¡Él quiere hablarte y revelarte cosas preciosas para tu vida!