¿Cuál es tu Goliat?

Seguramente, en varias ocasiones de tu vida, has tenido que luchar contra situaciones muy complicadas, y has pensado “¡Esto es David contra Goliat!” Sí, la historia de David y Goliat es, seguramente, aquella por la que el rey David es más conocido. 

El pueblo de Israel estaba intimidado por Goliat, el líder del ejército filisteo. Su tamaño y fiereza habían hecho que todos los guerreros de Israel estuviesen intimidados, sin que nadie se atreviese a luchar contra él. ¡La verdad es que no era para menos! Desde un punto de vista humano, parecía una locura intentar pelear contra alguien así. 

Sin embargo, David, al ver la situación, se llenó de valor y de indignación, y se ofreció voluntariamente para luchar contra Goliat. Todos pensaban que el pastorcillo David no tenía ninguna posibilidad ante el gigante Goliat, pero lo que no sabían era el valor que David ya había demostrado en su responsabilidad de pastor en el pasado. 

Esto es lo que le dijo al rey Saúl: “Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba” (1 Samuel 17:34-35).

¿Tú pelearías contra un oso o contra un león? David era un buen pastor, y no se dejaba intimidar por nada ni nadie, con tal de proteger a sus ovejas. De hecho, sin saberlo, Dios estaba preparando a David a través de esas situaciones para que pudiese un día vencer a Goliat. 

Querido/a amigo/a, ¡no te dejes intimidar por nada! Las tinieblas quieren llenarnos de temor, pero Dios no te ha dado un “espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7). En este día, identifica todas las cosas que te intimidan, y empieza a dar pequeños pasos valientes que te lleven a confrontar la resistencia de la maldad en tu vida y a tu alrededor. 

¡Dios quiere usarte para liberar a muchas personas de su cautividad!