¿Cuál es tu fruto? ?

¿Cuál es tu fruta favorita? En mi caso, los plátanos y las manzanas ocupan las primeras posiciones de mi ranking personal, aunque soy consciente de que hay muchísimas frutas que aún no he probado. 

Dios nos ha creado con el deseo de que demos fruto en todas las áreas de nuestra vida, y sobre todo en el Espíritu. Él desea que tu vida esté llena a rebosar de Su gozo, de Su amor, de Su paz…, y que puedas, a través de ello, bendecir a los demás. Esto es precisamente lo que dijo Jesús a sus discípulos: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos” (Juan 15:8). 

Jesús habló en la parábola del sembrador de aquellos que son sembrados entre espinos, a los cuales “… las preocupaciones de esta vida, el engaño de las riquezas y muchos otros malos deseos entran hasta ahogar la palabra, de modo que ésta no llega a dar fruto” (Marcos 4:19, NVI).

Fíjate lo que dice este pasaje: las preocupaciones de esta vida y los afanes son como esos espinos que nos impiden dar fruto. El estrés, de hecho, no solamente te impide dar buen fruto, sino que además hace que salga lo peor de ti. 

Querido(a) amigo(a), ¡quita hoy los espinos de tu vida! Aparta de tu mente todas esas cosas que te generan estrés y que te impiden manifestar plenamente tu nueva naturaleza en Cristo. Estáte atento porque mañana y pasado mañana veremos dos estrategias muy efectivas que te ayudarán a ser libre de los efectos del estrés. 

¿Te apetecería orar? “Señor, quiero que mi vida dé siempre fruto agradable para Ti, y que sea de bendición para todos los que me rodean. Ayúdame a quitar todos esos afanes que me quiere bloquear, y ayúdame a estar siempre lleno de Tu Presencia y de Tu bendición. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”.

¡Eres un Milagro!
Christian Misch