🤺 Un buen Equipamiento
Sabes, siempre he sido fanático de las historias sobre la Edad Media. Ya sea en películas, series o libros, me encanta esa época y algunos de sus valores. Especialmente, me fascina la cultura alrededor de los caballeros medievales. Una de mis historias ficticias favoritas es la del "Señor de los Anillos". ¿La conoces?
La razón por la que te cuento esto es porque algo que tienen en común esas historias son las batallas épicas que nos muestran. Uno de los factores que hacen la diferencia entre quién se lleva la victoria es justamente el tener un buen equipamiento.
En “El Señor de los Anillos" vemos como Frodo recibe de su tío la famosa espada Sting, junto con la cota de malla de mithril, elementos que hacen toda la diferencia en su aventura. Y tú, Amigo/a, ¿tienes el equipamiento correcto para la batalla que enfrentas cada día?
Quizá tu primera reacción sea: "Pero yo no estoy luchando ninguna batalla". Sin embargo, estoy seguro de que si lo piensas un poco más, te darás cuenta de que, aunque no estés en una batalla épica como la de "El Señor de los Anillos", enfrentas cada día una o varias batallas.
Cada día enfrentamos batallas contra el miedo, la ansiedad, la preocupación, la duda, el enojo, la tentación, el pecado, etc. El problema es que muchas veces lo hacemos sin tener puesto el equipamiento adecuado. Mira lo que dice la Biblia al respecto: "Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza" (Efesios 6:13).
Esta semana queremos ver qué significa tener puesta toda la armadura de Dios y cómo esto puede marcar la diferencia en nuestras batallas diarias. Hoy te invito a leer Efesios 6:10-18 y a empezar a orar para que Dios te ayude a fortalecerte en Él.
Oremos juntos; Padre celestial, gracias que tu nos has dejado el equipamiento correcto para enfrentar nuestro día a día, pero Señor reconocemos que muchas veces vamos por nuestra vida sin hacer uso de este regalo, ayúdanos hoy a ponernos esta armadura y ver cómo esto hace toda la diferencia, en nombre de Jesús, amén.