¡Tranquilo(a)!

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28)

“Esto es…”

¡Esto es lo que el Señor declara sobre tu vida en este día, querido(a) amigo(a)! Te invito a que leas estos versos como palabras que Dios te estuviese diciendo directamente a ti:

Hijo(a) mío(a), conozco los pensamientos que tengo para ti. Son proyectos de paz, y no de desgracia.

Te doy un porvenir y esperanza (Jeremías 29:11).

Sé que a veces es difícil para ti entender lo que te pasa, pero quiero que sepas que todas las cosas te ayudan a bien (Romanos 8:28).

Todas las cosas están sujetas bajo mis pies (Hebreos 2:8).

Los tiempos están en mis manos, así como las profundidades de la tierra, y tú estás igualmente cubierto por mi mano. Cuido de ti (Salmo 95:4).

Yo soy la roca, la fortaleza de los siglos (Isaías 26:4).

Te protejo en el corazón mismo de mi Presencia (Éxodo 33:22).

Mi hijo(a) amado(a), sé que me amas. Yo también te amo. Te he amado antes de la fundación del mundo. Te manifesté mi amor dando mi vida sobre la cruz por ti, y  te amaré por siempre. ¡No estás nunca solo(a)! Estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28:20).

Mi Espíritu Santo vive en ti y te dirige día tras día. ¡No te he dejado huérfano(a)! (Juan 14:18).

Espera a ver cómo actúo en tu vida de una manera sorprendente. Prepárate para ver cómo tu situación cambia radicalmente, pues soy capaz de cambiar el mal por bien. Ten confianza en mí, Yo hago que todas las cosas te ayuden a bien (Romanos 8:28).

Aun cuando parece que todo se está desmoronando, tengo poder para cambiar las situaciones. Mis proyectos para tu vida son extremadamente buenos, y están llenos de bendición (Jeremías 29:11).

Recuerda: ¡el llamado que te he dado es irrevocable!

¡Tranquilo, estoy contigo aquí y ahora!

Gracias por existir,
Éric Célérier