¿Tienes miedo del mañana?

Nadie sabe lo que ocurrirá el día de mañana. Esto es verdad, al menos en cierta manera, ya que Dios sí que lo sabe. Nosotros sin embargo no lo sabemos, y eso puede dar lugar al miedo en nuestra vida, ya que en general lo desconocido nos asusta.

Es un poco como cuando tomas tu coche de noche por primera vez, y vas por una carretera que no conoces bien. Es normal que puedas sentir un poco de miedo, porque, como decíamos, estás haciendo algo a lo que no estás acostumbrado, y lo desconocido generalmente nos asusta. 

Sin embargo, no debes olvidar que tu coche viene equipado con faros que te permiten ver lo suficientemente lejos como para que avances con total seguridad. En nuestras vidas pasa algo parecido con Jesús: Él es la luz que nos guía y que nos acompaña cada día.

Esto no quiere decir que ya no tendremos nunca situaciones complicadas: sin embargo, podemos estar seguros de que Jesús estará ahí con nosotros, pase lo que pase. Él conoce cada uno de los días que conforman tu destino (ver Salmo 139:16).

Nuestra relación con Jesús se fundamenta en la fe, en la confianza en Él. ¡Sí, querido(a) amigo(a), Él dio Su vida en la cruz para salvar la tuya, no te rescató del infierno para abandonarte aquí en la tierra! Dios prometió cuidar de ti y estar contigo cada día, así que ¡no te preocupes por el día de mañana! Como dice la Biblia:

“Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6:28-34).

Te amo con el amor del Señor, y sé que el Señor está ahí muy cerca de ti, y que te cuidará siempre. 

Gracias por existir, 
Éric Célérier