📢 ¿Oyes a Dios llamándote?

Seguimos avanzando en el apasionante análisis de esta historia tan inspiradora de la vida de Jesús. El pasaje continúa diciendo que “entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús” (Mateo 14:28-29).

Pedro, como siempre, estaba dispuesto a confrontar la situación y a ir más allá que el resto de los discípulos. Seguramente no estaban todavía demasiado seguros de si realmente era Jesús o no, así que Pedro puso a prueba a esa persona que estaba caminando en el mar.

Fíjate la forma en la que lo expresa: “si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas….”. Básicamente lo que le estaba diciendo es: “si realmente eres tú, haz que reciba las fuerzas y la valentía para caminar ahora sobre el agua, como tú lo estás haciendo”.

Solo un milagro podría hacer que eso ocurriese. Y cuando Jesús dijo “Ven”, ¡eso es exactamente lo que ocurrió! Más allá de su temor o de lo que podía entender, Pedro sabía en su corazón que esa persona que estaba caminando sobre las aguas era Jesús, y que en Su Palabra podría caminar sobre las aguas con Él.

No fueron necesarias más palabras, ni más argumentos. Con determinación, Pedro se acercó al borde de la barca, y puso un pie sobre el agua. ¿Te imaginas lo que debió sentir al darse cuenta de que sus pies no se hundían? ¿Y cuando empezó a caminar sobre las aguas?

Todo eso fue posible porque, en medio de la tormenta en la que se encontraban, Pedro fue capaz aún así de hablar con Jesús, escuchar Su voz, y moverse en base a su fe. Salir de la barca no fue una “idea feliz” que se le ocurrió a Pedro: fue la consecuencia de su diálogo con Jesús, y de recibir fe en su corazón para dar ese paso que Él le estaba pidiendo dar.

Querido/a amigo/a, el Señor te dice también “Ven”. Ir a Él es siempre la clave para poder tener una victoria total, y cuando en medio de la tormenta eres capaz de escuchar Su voz y moverte en base a lo que Él te dice, ¡podrás estar seguro de que caminarás sobre las aguas, sin temor a hundirte!