No lo olvides…

“No olvides en la noche lo que Dios te ha revelado durante el día”. No sé donde leí o escuché esta frase, pero me encanta: se refiere a la importancia de no olvidar todas las cosas que hemos recibido de Dios en los buenos momentos, cuando nos toque pasar por las situaciones complicadas. 

Una de las primeras cosas que hizo Nehemías cuando llegó a Jerusalén fue inspeccionar el terreno. Cuando vio cómo se encontraba la ciudad, con sus muros y puertas derruidos, reunió a todos y les animó a hacer algo que nadie se había atrevido hacer aún: reconstruir los muros de la ciudad. 

Hasta ese momento no les había dicho nada acerca de cuál era su misión. Cuando les lanzó la idea, aprovechó para contarles el testimonio de cómo Dios había abierto una puerta increíble a través del favor del rey, para poder reconstruir la ciudad de Jerusalén. ¡Su testimonio animó tanto al pueblo, que se pusieron manos a la obra!

De hecho, la Biblia dice que, no mucho tiempo después, “toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar” (Nehemías 4:6).

Recordar las cosas que Dios ha hecho en nuestra vida es una clave para mantenernos animados y poder así seguir avanzando con fuerza, sobre todo en los momentos difíciles. Personalmente, los diversos testimonios que he ido acumulando en mi caminar con el Señor se han convertido en un motor para mi vida, ya que me recuerdan no solo lo que Dios ha hecho ya, sino todas las cosas que están aún por venir, y sobre todo Su amor por mí. 

Querido/a amigo/a, tus testimonios son una fuente de ánimo, tanto para ti como para los demás. ¿Qué es lo que Dios ha hecho ya en tu vida? ¿Qué testimonios puedes contar acerca de Su amor y Sus milagros? Te animo a que dediques unos minutos ahora para recordar cosas que Dios ha hecho contigo a lo largo de tu vida, y que uses ese momento para animarte más en las cosas que Dios quiere seguir haciendo en tu vida. 

¡Lo mejor está aún por venir!