🟢 ¡Nada frenará la bendición de Dios sobre tu vida!

Mira lo que dice este pasaje: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos…” (Gálatas 6:9)

¿Alguna vez te ha pasado que te has esforzado, has estado haciendo todas las cosas que sabes que son necesarias para que algo salga bien, incluso desde el punto de vista espiritual, pero aún así parece que no pasa nada?

Los agricultores saben bien lo que es esto: preparan la tierra, siembran, la riegan… hacen un gran esfuerzo, pero no ven el resultado de su labor inmediatamente: hay un período de tiempo que tienen que esperar, que, además, no siempre es exactamente el mismo.

En nuestro caso, es fácil también sentirnos desanimados o incluso pensar en “tirar la toalla” cuando estamos sembrando y haciendo las cosas que son necesarias en un área, pero, aún así, no vemos el fruto esperado.

Esos son los momentos decisivos que ponen a prueba nuestras motivaciones más profundas, y en los que el enemigo trata de poner más confusión. Y es por eso que este pasaje nos anima, diciendo: “No te canses… ¡no desmayes!”

La clave en todo esto es la Presencia de Dios. Si estás desanimado con cosas que empezaste a hacer pero que ya no sabes ni siquiera con seguridad si lo hiciste guiado por Dios o por tus propios pensamientos, quiero invitarte a que vengas hoy al Padre, y que le preguntes de todo corazón: “Señor, ¿esto es según Tu corazón? ¿Este proyecto, esta idea, esto que estoy haciendo es realmente según Tu voluntad, me lo inspiraste Tú?”.

Hazle esta pregunta, y ten tu corazón abierto mientras permaneces unos instantes en silencio. Deja que Él hable a lo más profundo de tu corazón. Si sientes esa paz profunda en tu ser, esa confirmación de la fe de que sí, eso es de Dios, entonces, ¡sabes que Él ya tiene un tiempo establecido para que puedas ver el fruto!

Lo único que puede impedir que veas el fruto es que desmayes, como dice este pasaje. De hecho, ¿sabías que un estudio entre las personas más exitosas del mundo revela que la característica más evidente que todos tienen en común es la tenacidad? Todos ellos pasaron por diferentes pruebas, dificultades, fracasos… pero siguieron adelante, y allí donde otros abandonaron, ellos siguieron, ¡hasta cosechar el fruto!

Y si esto es algo que se cumple en lo natural, ¡cuanto más se cumplirá en nosotros, que somos guiados por Dios, y que somos conscientes de lo que Él está haciendo!

Querido/a amigo/a, ¡no te rindas: el tiempo de la siega está cada vez más cerca! Si tus hijos no quieren saber nada de Dios, ¡sigue orando y proclamando la victoria de Dios sobre ellos, y amándoles más que nunca! Si parece que no hay un fruto claro en tu servicio a Dios, ¡sigue sirviéndole de todo corazón, y está atento a Sus indicaciones! Y si parece que los problemas no paran de multiplicarse en un proyecto que sabes que viene de Dios, ¡no tires la toalla! ¡Al contrario, siembra más que nunca y avanza!

No te preocupes por cuándo será la siega: sencillamente anímate hoy sabiendo que está de camino. El Señor, en Su tiempo perfecto, te dará esa cosecha, ¡y será un momento tan glorioso!

Pero hoy, mientras tanto, ¡sigue sembrando! Renueva tus fuerzas en Él en este día, y sigue adelante haciendo el bien que Dios te llama a hacer. ¡Nada podrá frenar esa bendición de Dios sobre tu vida! Lo creo, en el Nombre de Jesús.