🔆 La Gloria de Dios inunda tu día a día

Esta semana me gustaría compartir contigo una serie de reflexiones variadas, sin un temática concreta, para cambiar un poco 😉

De hecho, hace poco estaba considerando este versículo tan famoso de la Biblia, que dice: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31)

¡Me encanta este pasaje! Lo que más me gusta de él es que da un propósito a cada cosa que hacemos en la vida, incluso las más pequeñas.

De hecho, una cosa que siempre me ha impresionado es que Dios es Dios tanto de las grandes cosas como de las pequeñas.

A veces tenemos la tendencia de menospreciar las cosas del día a día. Nos enfadamos, nos quejamos, nos frustramos… y todo ello porque dejamos de ver las cosas con la perspectiva correcta.

Los pequeños detalles de la vida, las pequeñas cosas, son tan valiosas para Dios como las grandes. Es en esas pequeñas cosas, de hecho, en las que nuestro carácter es formado, y en las que aprendemos a ser fieles y agradecidos.

Al final todo es una cuestión de perspectiva. ¿Cómo sería tu vida si fueses agradecido en cada pequeña cosa, en cada pequeño detalle del día a día? ¿Cómo crees que sería tu vida transformada si cada pequeña cosa la hicieses junto a Dios, como para Él, y para darle gloria?

Imagínatelo:

• Vas a beber un vaso de agua a la cocina, mientras hablas con Dios en oración, agradecido de poder refrescarte con esa fresca agua.
• Vas de camino al trabajo en transporte público escuchando canciones de alabanza, contento porque, aunque quizá estás cansado y no has encontrado un sitio para sentarte, aun así Jesús va a tu lado
• Estás haciendo la compra de la semana, y a pesar de que tus niños pequeños no paran de moverse o de llorar mientras van en el carrito, aun así, eres capaz de ver la belleza de tenerles y de vivir esos momentos irrepetibles con ellos. En lugar de enfadarte, buscas corregirles con gracia, sabiendo que son un regalo de Dios.

Y así con todas las áreas de tu vida. ¡A Dios le agrada tanto cuando valoramos esos pequeños momentos de la vida, y somos fieles en ellos!

Querido/a amigo/a, cuando haces todo para la gloria de Dios, ¡Su gloria inunda tu vida!

Te sientes más vivo y lleno de paz, gozo y propósito que nunca antes, aun en medio de las dificultades, porque lo estás haciendo todo por Él y junto a Él. Sin darte casi cuenta, tu vida empieza a brillar con fuerza, y al final, los demás son impactados a través de ti… ¡y acaban dando también gloria a Dios! =)

Que a partir de hoy, puedas proponerte en tu corazón junto a mí el ver todas las cosas con la perspectiva correcta, y que esa perspectiva nos haga brillar con más fuerza que nunca.