¿Hay algún piloto en el avión de tu vida?

Ya sea que estés atravesando una zona de turbulencias o que el cielo esté totalmente despejado, necesitas un piloto para el avión de tu vida, y además debe tratarse de un piloto excelente. El Espíritu Santo es ese piloto que puede guardarte de todo peligro y ayudarte a llegar hasta tu destino.

“Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” (Gálatas 5:25).

Sólo el Espíritu de Dios puede llevarte a buen puerto. Esto no quiere decir que a veces no tendrás que atravesar turbulencias y pasar por momentos complicados, pero lo esencial es que le confíes los mandos de tu vida y que mantengas tus ojos fijos en Él.

Su deseo es ayudarte en cada cosa, incluso en lo que puede parecer insignificante. Él te ama, y cada detalle de tu vida cuenta para Él.

El Espíritu Santo te guiará siempre por el camino correcto, y podrás sentir a lo largo del viaje Su mano sobre ti. Él te enseñará, y te mostrará el camino que debes seguir.

Querido(a) amigo(a), con el Espíritu de Dios al mando de tu vida, no tienes nada que temer. Como dice Brígida, una de las lectoras de “Un Milagro Cada Día”:

“Tenía que llevar a cabo un proyecto muy difícil, pero el primer mensaje que recibí de Un Milagro Cada Día me decía que Dios está al control de todas las cosas. Esto me permitió confiar y contar con la gracia de Dios, y ahora he podido comprobar que hice bien al confiar en Él.”

Te invito a orar conmigo: “Espíritu Santo, te presento mi día de hoy. Guíame, ayúdame a tomar las decisiones correctas y a mantener mi mirada puesta en ti. Gracias por tu apoyo y tu sostén diario. Amén.”

Gracias por existir,
Eric Célérier