🗣 Habla a la Puerta

En este tercer día, quiero que nos centremos de nuevo en Jesús, cuando dice: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo…” (Juan 10:9)

Él es la puerta. ¿Alguna vez has pensado en lo prácticas que son las puertas? Gracias a las puertas, podemos limitar el acceso a otras personas a nuestra casa, resguardarnos del viento y del frío exterior, y guardar en seguridad las cosas de valor que tenemos.

No sé si te ha pasado que alguna vez has deseado ir a un sitio, pero cuando llegaste, la puerta estaba cerrada. ¡Es una sensación tan mala la de quedarse fuera, la de no poder acceder!

Quizá hay cosas que quieres hacer en la vida, y que encuentras que la puerta, por así decirlo, “está cerrada”. Por más que persigues ese sueño y que trabajas en ello, parece que la oportunidad nuca llega. Sin embargo, cuando la puerta por fin se abre, ¡es una sensación indescriptible! =)

Hay muchas puertas importantes en la vida, pero solo hay una que es vital: es la puerta al Reino de los Cielos, y a Su realidad en nuestras vidas. Muchas personas buscan la puerta y no la encuentran, y otros tratan de abrirla con las llaves equivocadas.

Esa Puerta no es como las demás: es una puerta viva, personal, increíble. Esa puerta es Jesús. No se abre a golpes (si bien Él los llevó todos por ti y por mí en la cruz…), y no hace falta ningún tipo de llave especial. Es una Puerta que solo se abre con palabras sinceras que nacen del corazón.Querido/a amigo/a, habla hoy con Jesús con un corazón totalmente sincero y agradecido por lo que ha hecho ya por ti. Déjale que en este día Él te abra más y más las puertas a Su gloria, y que puedas experimentar Su amor derramándose sobre tu corazón.