¡Ese es un muro de verdad!

A las personas, por lo general, nos gusta hablar (sí, es verdad, a algunas más que a otras… =)

¡Hay tantas palabras en el mundo! Solo tienes que poner la televisión un momento o mirar las redes sociales, y lo comprobarás por ti mismo: tertulias, programas de opinión, películas, posts, frases elocuentes, historias… ¡Incluso este mensaje que estás leyendo, de hecho, tiene un poco más de 300 palabras! 

El apóstol Pablo fue a Atenas, como parte de su viaje misionero, para hablar de Jesús. Llegó al Areópago, el lugar donde se solían reunir todos los atenienses a escuchar a cualquier persona que tuviese un mensaje que compartir con los demás. ¡Era como el muro de Instagram de aquellos tiempos, solo que este muro era literal, de piedra auténtica! =) 

Pablo dio uno de los discursos más elaborados de los que aparecen en la Biblia, pero, sin embargo, la gran mayoría de los que le escuchaban se fueron sin prestarle mayor atención. Algo cambió en Pablo a raíz de esa experiencia, a tal punto que en la siguiente ciudad que visitó llegó a escribir: “Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder” (1 Corintios 4:20).

Se dio cuenta de que lo que marca la diferencia entre palabras bonitas y aquellas palabras que tocan los corazones es la Presencia de Dios. La clave no está en hablar “con excelencia de palabras” (1 Corintios 2:1), sino hablar con la guía y en el poder del Espíritu Santo. Dios mismo usa esas palabras para tocar los corazones de las personas, y acercarlas para que puedan experimentar el reino de Dios en sus vidas. 

Querido(a) amigo(a), ¡Dios quiere llenar tus palabras de poder! Él quiere usarlas para tocar el corazón de las personas que te rodean, y darles vida a través de ellas; pero es más, Él quiere usar toda tu vida para hablarles y bendecirles. ¿Serás una luz que irradie vida para ellos?

Brilla en este día para la gloria del Señor.

¡Eres un Milagro!
Christian Misch